Si en la última semana de septiembre arrancaba la campaña de exportación de mejillón desde los muelles de Moaña y Domaio hacia el sur de Italia, el sector recibió pronto un revés que ralentiza el ritmo de una de las principales campañas de ventas. Y es que desde el 26 de septiembre la toxina se recrudeció y los biólogos del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) decretaron el cierre de los tres polígonos del frente litoral de O Morrazo en la ría de Vigo que todavía estaban abiertos: Cangas H, Cangas C y Cangas D. Así como el Redondela A, ya pasando el estrecho de Rande. Se suman a los tres polígonos del frente de Liméns que ya estaban cerradas desde mediados y finales de agosto respectivamente.

Aunque los polígonos más grandes ya estaban cerrados al inicio de la campaña, entonces desde el sector se esperaba que el episodio de toxina remitiese. Además indicaban que el producto de mayor tamaño, en la boca de la ría, no suele tener como destino la exportación y se vende para el mercado interno.

En la ría de Vigo solo quedan abiertos tres polígonos de la ensenada de San Simón, en los que trabajan sobre todo los bateeiros con su base en el muelle de San Adrián (Vilaboa). Se suma, esta situación, al cierre desde agosto de los dos polígonos de la ría de Aldán y de los tres situados en frente de Bueu, ya en la ría de Pontevedra.

Esta situación contrasta con lo que ocurre en la ría de Arousa, por ejemplo, en donde todos los viveros de mejillón están abiertos y los productores pueden poner el bivalvo a la venta sin mayores problemas.

En la última semana de septiembre la exportación había arrancado con movimiento de camiones sobre todo en el muelle de Domaio, con la venta diaria de unos cuatro camiones cada mañana con una capacidad de al menos 22 toneladas de producto cada uno. Esto suponía, en los primeros compases de la campaña, cerca de 90 toneladas solo desde el puerto de Domaio.