El 21 de agosto de 1869 fallecía, a la temprana edad de 45 años, el contralmirante Casto Méndez Núñez, héroe de la Real Armada Española en la Batalla del Callao (1866). En escasos días se cumplirán, pues, 150 años de su fallecimiento y mientras tanto su gran legado en Moaña se pudre en ruinas y sin ningún plan de rehabilitación en marcha. Se trata del conjunto del Pazo do Real, que fue propiedad de la familia de Méndez Núñez y en cuya capilla, con panteón familiar, estuvo enterrado el propio militar desde cinco años después de su muerte en Pontevedra hasta que en 1887 el rey Alfonso XII, que visitó el pazo, decretó el traslado de sus restos al Panteón de Marinos Ilustres ubicado en San Fernando (Cádiz).

El pazo fue construido en el siglo XVIII, cuenta con añadidos del XIX y pasa por ser uno de los edificios de arquitectura civil más destacados de O Morrazo. Desde el año 2014 el dueño de la finca y de sus edificios históricos es un inversor brasileño. La anterior propietaria del pazo, la Promotora San Bieito, de Ourense, se la vendió por cerca de 3 millones de euros. Lo adquirió entonces sin ningún interés de llevar a cabo ninguna promoción inmobiliaria en la zona, sino como una inversión con el probable objetivo de una futura venta.

La alcaldesa, Leticia Santos, confirmó esta semana que no se había presentado en estos años ningún proyecto de desarrollo de los terrenos. Cualquier plan especial exigiría, como contrapartida, la rehabilitación de los inmuebles con valor histórico. Asegura, la regidora, que el propietario sí que atiende a los requerimientos municipales de desbroce y limpieza de la maleza de la finca, pero nada más.

Aunque el estado del pazo, el hórreo, el palomar y la capilla -en donde quedan enterrados los restos de los familiares de Méndez Núñez- están en ruinas, el Concello mantiene que su recuperación todavía sería posible si la propiedad estuviese interesada en algún plan de desarrollo.

El historiador local Manuel Uxío García Barreiro, autor en 2018 de un libro sobre la historia de la parroquia de Tirán, alertó esta misma semana de que el inmueble se encuentra "no total abandono, cheo de ratas e con serio perigo de derrube en parte dos seus elementos patrimoniais, como o propio pazo ou a capela".

El último proyecto de rehabilitación conocido, que no se ejecutó, fue el plan especial elaborado por la Promotora San Bieito en octubre de 2012. Entonces reducía el valor del pazo de 12 a 3 millones de euros, debido a la cirisis. Esta promotora era la dueña de los terrenos desde 2004 y trataba de ejecutar un proyecto urbanístico que lograse el visto bueno de Patrimonio, que en dos ocasiones anteriores había tumbado planes similares por "exceso de edificabilidad".

La finca cuenta con 8.489 metros cuadrados de superficie y 10.350 metros de edificabilidad. Se preveía entonces levantar 80 viviendas de promoción privada y otras 20 de promoción pública. Serían viviendas de 100 metros cuadrados. Para seguir las directrices de Patrimonio, habían optado por disgregar los bloques residenciales evitando levantar una pantalla al mar. Contemplaban construir cinco bloques de viviendas en tres zonas. Dos de ellos harían esquina con las calles Méndez Núñez y Navas de Tolosa y el tercero tendría una fachada frontal hacia la calle Concepción Arenal.

Cuando la promotora ourensana adquirió la parcela, había firmado un convenio con el Concello que fijaba 16.484 metros cuadrados construidos de los que 672 pasarían a ser de titularidad pública, aunque después las directrices de Patrimonio rebajaron estas expectativas.

Desde el 2014 no entró en el Concello ninguna propuesta para la parcela y salvar la vivienda de Casto Méndez Núñez parece cada vez más difícil.