Marta Freire explicó, tras una sesión plenaria cargada también de emoción para ella, patente en sus lágrimas, que "se cierra una etapa en la que trabajamos mucho en el Concello y estoy muy orgullosa, y empieza otra etapa en la que probablemente estaremos en la oposición". De todas formas no descarta la posibilidad de reeditar un bipartito. "Está en manos del BNG decidir si quieren gobernar solos. Nosotros hicimos cesiones y ellos no. El PSOE es un partido generoso, pero de la generosidad a la sumisión hay una línea muy fina. Seremos generosos pero no sumisos a ninguna otra fuerza política", arremetió.

Insiste en que si los nacionalistas "entienden que la decisión de los vecinos fue repetir un gobierno bipartito, deben ponerse manos a la obra para que eso ocurra".

Freire señala que en caso de no retomarse las negociaciones pasarían a la oposición "y realizaríamos una oposición constructiva. No destructiva, como hizo el PP durante estos últimos cuatro años. Tenemos un programa electoral y trataremos de que se aplique en lo máximo porque creemos que mejorará la vida de los vecinos".

Sobre la decisión adoptada a última hora por el PSOE de votar en blanco en la investidura, Freire asegura que "decidimos, con toda la militancia de acuerdo, que yo no presentase mi candidatura, para no permitir que se diese la posibilidad de que el PP me hiciese a mi alcaldesa. No queremos cuestionar lo que los vecinos decidieron y lo lógico es que la Alcaldía fuese del BNG, que fue la fuerza más votada. Además, no queríamos, de ninguna forma, gobernar con una fuerza que es opuesta a la nuestra, como es el PP", concluyó.