Nerviosos por su futuro... pero también reivindicativos. Los alumnos que iniciaron ayer la ABAU en el campus vigués -un total de 2.519 repartidos en cinco centros- demandan pruebas más igualitarias en todo el país para garantizar los mismos derechos de acceso a las carreras universitarias. Una demanda a la que ayer se sumaba el propio rector, que visitó el centro de la ONCE de Pontevedra donde se examinan diez "héroes" con necesidades especiales. "Es obvio que con una prueba única y unos procedimientos de corrección semejantes está solucionado el problema", apuntó Manuel Reigosa, que también añadió que ante las "peculiaridades" de las distintas autonomías, otra opción sería "ser más estrictos" con la evaluación.

Por los institutos de O Morrazo acudieron algo más de 200 jóvenes. Buena parte de estos alumnos morracenses aseguraron que se liberaron de la tensión inicial en cuanto se sentaron ante el primer examen, el de Lengua Castellana. "Me lo esperaba más difícil. Iba estudiando en el autobús con bastantes nervios pero los dos primeros exámenes me parecieron asequibles", desvela Laura Coya, estudiante canguesa del IES Rodeira que sueña con estudiar Ingeniería Informática en Santiago. Su compañero de centro, Uxío Varela, insistía en que "los primeros exámenes no fueron muy complicados. Este cangués aspira a estudiar Teleco en Vigo y explica que en el examen de Historia "me decanté por Fernando VII en vez de por las grandes reformas de la II República".

También de Cangas es Iván Novegil, alumno del María Soliño con matrícula de honor. Debido a su ceguera realizó el examen en el Centro de Recursos Educativos de la ONCE. "Nos dan algo de tiempo extra, nos adaptan las preguntas a Braille y nos permiten usar el ordenador, por lo demás los exámenes son idénticos", explica. Entiende que los nervios "hacen que esta prueba parezca más difícil de lo que es". En Historia eligió "la Guerra de Independencia" y tiene la intención de mantener su meritoria media para estudiar Periodismo.

En los pasillos de las facultades los estudiantes seguían con sus reivindicaciones: "Los exámenes tendrían que ser iguales en todas las comunidades y celebrarse el mismo día y al mismo tiempo", proponían ayer Óscar Rodríguez, Ruth Gallego y Lucía Nieto, compañeros de Los Sauces. "No es justo que haya tantas diferencias, la ABAU de Galicia es de las más difíciles", comentaban Natalia Rivera y Andrea González, dos primas que estudian en el Colegio Vigo y el IES María Soliño de Cangas, respectivamente, y que ayer compartían nervios al coincidir en el mismo centro.

Natalia, que quiere estudiar en Vigo el doble grado de ADE y Derecho y Andrea, que se decanta por la Psicología, realizaron la prueba B y comentaron un texto de Muñoz Molina sobre los límites de la libertad de expresión. "Mola mucho que nos pongan este tipo de temas para comentar tan actuales porque todo el mundo tienen una opinión sobre ellos y resulta más fácil desarrollar las ideas", celebraba Lucía.

La mayoría de alumnas de la ABAU optan por llevar el pelo recogido, ante la obligación de mostrar que no llevan auriculares para copiar. Ninguno de los jóvenes entrevistados fueron sometidos en el primer examen a un escaneo aleatorio con los detectores de frecuencia cedidos por la Escuela de Ingeniería Industrial, pero los profesores insistían antes de regresar a las aula: "Apagad los móviles!".

El alumnado del IES Johán Carballeira de Bueu realizó las pruebas en la Facultade de Ciencias Sociais, en el campus de Pontevedra. Acudieron acompañados por su profesora de Lengua Española, Carmen Miñambres, que se esforzó en ayudarles en todo lo posible y tranquilizarles para que pudiesen dar lo mejor de sí mismos. En general los jóvenes salían satisfechos después de un primer día marcado por los nervios y la tensión. "Yo vine un poco nervioso. A medida que iban pasando los exámenes me fui soltando un poco más y al final no me salió tan mal como esperaba. El momento un poco más duro fue con el examen de Lingua Galega, que como se retrasó un poco me puse nervioso", decía Miguel Oliveira. Otro de sus compañeros, Aarón Losada, decía que las últimas dos semanas fueron "muy duras, dando el callo y estudiando mañana y tarde; es difícil rememorizar todo pero estoy contento y espero unos resultados óptimos". Entre las alumnas de Bueu que acuedieron a la selectividad estaba Belén Otero, que reconocía que a principio de curso no tenía previsto presentarse. "No tenía pensado hacer una carrera universitaria. Al final me presenté, animada por las profesoras, y no me pareció para tanto". Su compañera Alba Pazos está convencida que los estudiantes del Johan Carballeira tendrán unos excelentes resultados. "Creo que ha sido más fácil de lo que esperaba. Aún quedan dos días más, pero ya hemos pasado el primero", sentenciaba. "Fue una jornada intensa y esto supone una experiencia más", resumía Pablo Reiriz.