El conflicto en el sector de las ambulancias parece abocado a una huelga indefinida a partir del próximo lunes 20 de marzo. Este fin de semana concluyó el tercero de los paros intermitentes convocados por los sindicatos y las posturas siguen enfrentadas a pesar de que durante la semana pasada hubo una reunión, propuesta por la patronal y que en principio se entendió como un intento para zanjar el enfrentamiento. "Pero fue una propuesta ofensiva, una especie de un paso adelante y dos pasos atrás", aseguran fuentes sindicales en O Morrazo.

La patronal ofreció una subida salarial de más del 18%, una propuesta con trampa, según los sindicatos. Ese incremento se realizaría de manera escalonada, en un plazo de cuatro años, y una vez que se firmen los nuevos conciertos. "En el caso del transporte urgente se tiene que renovar a finales de este año, pero la renovación del programado [diálisis, pacientes oncológicos...] será a finales de 2020", denuncian desde la representación sindical.

Uno de los efectos más evidentes y visibles de la huelga son los daños que registran las ambulancias: pintadas, ruedas pinchadas e incluso algún vehículo incendiado, como el de esta madrugada en A Cañiza. "Muchos de los trabajadores del sector ya se han desmarcado de forma interna de los bárbaros, pero consideramos necesario que hagan público su rechazo a este tipo de actuaciones salvajes, sobre todo teniendo en cuenta que los empresarios, a pesar de estos episodios y del coste que suponen, han seguido sentándose en la mesa de negociación", aseguran desde la Fegam, que es la patronal del sector y que cifra en más de 400 las incidencias registradas durante estos paros.

Una versión que los sindicatos ponen en tela de juicio. "Condenamos ese tipo de actos, pero empezamos a sospechar que no todos son obra de los trabajadores. Los empresarios también ganan con ese tipo de acciones porque los vehículos están asegurados, porque tampoco son suyos sino que los tienen a través de contratos de renting o leasing y porque en seis meses, con el nuevo concierto, esas ambulancias ya no van seguir operativas", argumentan fuentes sindicales.

Los sindicatos reprochan a la Xunta de Galicia su papel en este conflicto. "Mantienen el mismo discurso de siempre, que es una cuestión privada entre trabajadores y empresas, como si no fuese con ellos y no es así. La administración es responsable por privatizar el servicio y por adjudicarlo a un precio inferior al del coste", sostienen representantes sindicales en la comarca de O Morrazo. Los trabajadores aseguran sentirse rehenes de un conflicto que en realidad es entre la patronal y la Xunta: las empresas piden más dinero a la administración y como no lo consiguen amenazan con dejar el servicio y rebajas salariales a los empleados.

Ante esta situación, sindicatos como la CIG ven "inevitable" la huelga indefinida, como decían ayer algunos de sus responsables. En el transporte de urgencias del 061 ese paro en la práctica apenas tendrá repercusiones porque los paros son del 100%. En el caso del transporte programado los sindicatos denuncian la imposición de servicios mínimos abusivos, que "vulneran el derecho a la huelga".