La empresa que construye el tercer y último tramo de conversión del Corredor do Morrazo en autovía, en Moaña, recibió ayer las dos últimas vigas, de 37 metros de largo y más de 100 toneladas de peso, cada una, para completar el desdoblamiento del viaducto da Fraga con el fin de concluirlo entre finales de esta semana y principios de la otra, tal y como manifiesta el coordinador de la obra en la Axencia Galega de Infraestructuras. Para el traslado de las vigas se realizó la maniobra habitual que se aplicó en los ocho anteriores remolques, con el corte durante dos horas del enlace de Meira, sobre el corredor, y el desvío del tráfico bajo su puente, por el tronco del corredor. Desde hoy mismo, a las 10:30 está previsto que se corte, ya de forma prolongada, este enlace para el cambio de sentido, aunque seguirán abiertos el vial da Fraga y el Camiño da Torre, para los vehículos que circulen en sentido a Cangas y viceversea, respectivamente; pero no se podrá cruzar de un lado a otro, como hasta ahora, por la rotonda. El cierre se debe a las obras para adaptar esta infraestructura al nuevo ancho de la autovía, de cuatro carriles.

La AXI estima que, al menos, el corte se prolongará dos meses y medio. Se trata de una obra compleja en la que se intentará que afecte lo mínimo posible al tráfico, que se desviará por el tronco del corredor. La idea es aprovechar al máximo la estructura existente para hacer el carril nuevo por debajo del puente, sin comprometer la estabiliad. Una vez rematada la nueva estructura, se empezará a trabajar en las capas del firme, aunque todo dependerá del tiempo ya que se requieren condiciones de humedad y temperatura.

En cuanto al viaducto, la previsión es que hoy se coloquen las dos últimas vigas del desdoblamiento, con las prelosas o placas de hormigón sobre vigas; la feralla (se stiman 20.000 kilos de hierro) y los 100 metros cúbicos de hormigón. Pero todo dependerá también de las condiciones meteorológicas porque las bajas temperaturas a cero grados impiden hormigonar. La intención de la Xunta es poder incluir en este viaducto, de 6 62 metro de altura, redes o anticañídas o un sistema similar.

La empresa constructura, la UTE formada por Taboada y Ramos y Covsa, sigue trabajando, por otra parte, en la construcción del paso inferior de la carretera PO-313 (Moaña-Marín) y la previsión es poder concluir la obra a finales de febrero. Todo apunta a que se podrán cumplir los plazos y que el último tramo de 4 kilómetros hasta completar los 11 de esta primera fase de autovía, se pueda abrir en mayo, aunque desde la Xunta quieren ser cautos, debido a los posibles contratiempos de la meteorología. La AXI sí está estudiando a conciencia una solución al entronque de este final de autovía de doble carril con el corredor, que sigue con uno solo hasta el Alto da Portela y Aldán, para que los conductores no tengan la falta de sensación de que de repente, pasan de dos a un solo carril. Esta situación provocó un problema cuando se abrieron, en mayo, los dos primeros tramos de la autovía hasta el enlace de Meira, en donde se registraron accidentes de tráfico. La situación fue solventada con el desvío del tráfico por el enlace y señalizando previamente con el estrechamiento del doble carril con conos con luces y señales. La autovía acabará en el enlace de Cangas, que bifurca los carriles y esto ayudará a una solución.