El escaso número de inspectores urbanísticos que tiene el Concello de Cangas, que pasó de una plantilla de tres a quedarse con uno solo, obliga al gobierno municipal a pensar en vías alternativas para controlar las obras, sobre todo en la zona rural, que es donde más ilegalidades se producen. Una de las que coge fuerza es un viejo deseo de miembros del actual gobierno tripartito: contar con una Policía Urbanística y Medio Ambiental. Hubo conversaciones serias en torno a este planteamiento que no se aparta tampoco mucho de lo que quiere el actualmente convaleciente alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos (ACE). La Policía Urbanística complementaría la acción de la Inspección Urbanística, un departamento lleno de trabajo y con escaso personal. La Policía Local ejercería labores de vigilancia y control sobre las edificaciones en marcha o que carezcan de licencia. Pero para que este método funcione el departamento de Policía Local necesitaría de más personal, al menos un o una administrativo para tramitar las denuncias. Ya que de nada serviría el control de las obras si después no se tramitan las denuncias.

No abundan en Galicia las Policías Urbanísticas. Pero Cangas es un municipio propicio para implantarla. Lo es porque es un concello donde existe mucha vivienda de segunda actividad. Curiosamente, la vulneración de las leyes de construcción se producen más en verano que en invierno. De hecho, la última estadística de la Policía Local en materia de obras delataba la actividad urbanística ilegal que se produce en el municipio, con cinco precintos de obra y hasta 89 informes, que acostumbran a estar relacionados con órdenes de paralización y vigilancia de las mismas, la inmensa mayoría realizadas en viviendas de segunda residencia. Hay quien opina que la actividad de la Policía Local en materia urbanística es más efectiva. Pero no solo se pretende la puesta en marcha de la Policía Urbanística, sino también Medio Ambiental.

Los últimos acontecimientos de contaminación en ríos anima a la consecución de este proyecto.

Precisamente el pasado día 9 de octubre, la Policía Local procedió a volver a precintar la hormigonera de A Portela, después de que estuviera durante quince días abierta con el fin de que la propiedad procediera a la retirada de materia prima de las instalaciones. La hormigonera fue desprecintada de forma temporal como consecuencia de una una decisión de juzgado de lo Concencioso-Administrativo número 1 de Pontevedra.