Varias decenas de propietarios de terrenos en la zona de A Canixada, en el barrio moañés de Ameixoada, se reunieron ayer con técnicos de la compañía eléctrica que instala la línea de media tensión que pretende reforzar el suministro eléctrico en Moaña. La cita se produjo después de que estos propietarios denunciasen que la nueva línea se soterró bajo sus terrenos sin solicitarles el pertinente permiso. La compañía había alegado que contaba con información que indicaba que ese vial era público, y no de los dueños de las fincas, como señalan los afectados.

Tras asegurar a los técnicos de la compañía que podría haber hasta un centenar de fincas afectadas "porque todos son terrenos moi estreitos", denegaron de plano la opción de ceder este vial al Concello para que se convierta en una pista pública. Reclaman, por lo tanto, que la empresa les presente una solución que debería pasar por una indemnización o la compra de sus terrenos.

En la denuncia de este paso de la línea sin su permiso, los propietarios habían alertado del riesgo de que en un futuro en la zona se permitiese un desarrollo urbanístico y sus terrenos estuviesen afectados por el paso de esta línea soterrada.

Desde la compañía se comprometieron a intentar contactar con todos los propietarios y ofrecerles una salida. De momento la instalación de este refuerzo eléctrico está paralizada hasta que se alcance un consenso.

Uno de los vecinos, Agustín Martínez "Sito", reclama a los propietarios de terrenos que se pongan en contacto con el resto para determinar exactamente cuántos afectados puede haber.

La línea de media tensión en cuestión parte de la nueva subestación eléctrica de Cangas, en A Pedreira, y atraviesa bajo tierra parte de la parroquia de Coiro, los valles de Ameixoada y conecta con O Igrexario, en Tirán. En estos momentos la canalización se encuentra ya en el entorno del colegio de Tirán.

El proyecto inicial proyectaba exclusivamente el paso bajo viales públicos, que es lo que trató de explicar el ingeniero de la compañía aludiendo a planos del PXOM de Moaña en la reunión de ayer.

La pasada semana estos mismos afectados que levantaron la voz de alarma ya se habían reunido con responsables de la empresa y con el edil de Urbanismo, Odilo Barreiro, quien pidió también que se les presentase una solución.

Con una potencia de 30 kilovoltios y una longitud proyectada de seis kilómetros, el proyecto había logrado la autorización de las tres administraciones implicadas -Xunta, Diputación y Concello- antes de que comenzasen los trabajos. Busca paliar las deficiencias en el suministro eléctrico en parte de Cangas y Moaña.