A la tercera fue la vencida. El Concello de Cangas adjudicó a la empresa Galivalia Consultgo S.L el denominado plan de reordenación de recursos humanos de Concello de Cangas. Si bien el anuncio de licitación, cuando se mencionaba el objeto del contrato era de: Servicio de elaboración de la relación de puestos de trabajo y Plan de Ordenación de Recursos Humanos.

La empresa se hizo con el contrato por un importe de 26.370 euros con impuestos y 21.793,39 euros, con impuestos. Sin embargo, el valor estimado del contrato con el que salió a licitación fue de 24.793,39 euros, con un presupuesto de licitación base de 24.793,39 euros. La oferta presentada por la empresa ganadora era la más ventajosa económicamente. El plazo máximo del contrato es de dos años, que será cuando tenga que tener realizado todo el trabajo que hace muchos años que llevan pidiendo los trabajadores del Concello de Cangas.

En el mes de noviembre del año pasado, la junta de gobierno tuvo que sacar de nuevo a concurso el contrato para la elaboración de una Relación de Puestos de Trabajo y el Plan de Ordenación de Recursos Humanos. La primera vez quedó desierto el concurso al no cumplir las empresas los requisitos de solvencia necesaria que el pliego de condiciones exigía: realización de un mínimo de tres servicios de RPT para la administración local por un importe mínimo de 20.000 euros cada uno y que deberían ser acreditados mediante certificados expedidos o visados por el órgano competente. Pero el procedimiento negociado tampoco prosperó y se tuvo que recurrir al procedimiento negociado sin publicidad.

La situación de la RPT del Concello de Cangas es caótica, no solo que la actual procede de la década de los ochenta, sino porque el famoso Plan de Ajuste puso todavía las cosas más difíciles.

Este trabajo fue uno de los primeros retos a los que se quiso enfrentar el regidor cangués, Xosé Manuel Pazos. El citado plan obligó a amortizar plazas de personal jubilado y desmanteló casi por completo departamentos como el de la Policía Local, la brigada de Obras o la de Limpieza Viaria.

La imposibilidad de contratar agravó otros problemas de la RPT, como plazas que estaban sin cubrir, plazas mal valoradas y desequilibrios salariales dentro de la propia plantilla.