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Iglesiasmar anuncia a la plantilla un concurso de acreedores para tratar de salvar la empresa

Los salarios de los trabajadores, así como los créditos bancarios, pasarían a ser deuda principal y su pago estaría asegurado siempre que se generen los ingresos suficientes

Instalaciones de Conservas Iglesias, en Moaña, que solicitará el concurso de acreedores. // Gonzalo Núñez

El gerente de la empresa Conservas Iglesias reunió el jueves al comité de personal y a los asesores sindicales de la plantilla para comunicar que presentará "con carácter inmediato" un preconcurso de acreedores con el objetivo de ganar tiempo en su estrategia para tratar de salvar a la compañía. Así lo explicaron fuentes sindicales, que sin embargo no son optimistas con respecto al futuro de una conservera centenaria.

Desde las centrales sindicales se apunta incluso a que partió de los propios trabajadores la idea de acudir a un concurso de acreedores de forma que la empresa gane tiempo y no se vea atosigada por bancos o con riesgo de embargos. Y es que si la Xunta acepta el Concurso de Acreedores la justicia dictaminará un administrador concursal que ordene los pagos.

Esta herramienta legal ordenará las deudas de la empresa y además pasará a considerar como deuda principal los salarios de los trabajadores y los créditos bancarios. De este modo, y siempre y cuando se registren ingresos, los trabajadores podrán tener asegurado su salario.

Y es que uno de los problemas que llevaron a Conservas Iglesias a cesar la producción durante más de 20 días en noviembre se encuentra en los avales suscritos con la conservera Galicia Mar, y que según los sindicatos comprometen el futuro de la factoría ubicada ahora en O Morrazo, a pesar de que las cuentas de los años 2013, 2014 y 2015, ya en manos de las centrales sindicales, verifican que la compañía que tiene su nave en Moaña desde hace un año y que operó en Cangas durante más de un siglo sigue siendo rentable por su volumen de ventas. Los datos que figuran en el Registro Mercantil reflejan ingresos de 30 millones de euros en 2013 y de 28,6 millones de euros en el año 2014. En 2015 el volumen de negocio había sido de 18 millones de euros.

La rentabilidad de la compañía es uno de los valores esgrimidos por el gerente ante la plantilla para explicar que la negociación con los bancos para lograr líneas de crédito pueden llegar a buen puerto. Otro de los problemas que afronta Conservas Iglesias es precisamente la pérdida de confianza de las entidades financieras que llegó tras la apertura de una investigación por parte de la Agencia Tributaria al administrador de la empresa por un presunto fraude del IVA a través de facturas falsas.

Traslado

La producción de Conservas Iglesias se trasladó a Moaña a lo largo del 2015 y empezó a operar en la nave de la antigua Cruzmar a comienzos de 2016, después de meses de gestiones de permisos ante las administraciones.

Con el trasladado la compañía consiguió incrementar de forma notable su capacidad de producción y se planteaba poner en el mercado hasta 150.000 latas al día. La inversión para adecuar la nave de Moaña, que permitió instalar una tercera línea de producción, ascendió a 5,5 millones de euros.

La nave de Ojea en Cangas, que cuenta con una concesión de Costas del Estado, se utiliza como almacén, así como la nave que Conservas Iglesias tiene en un polígono industrial de Porriño.

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