El Corredor do Morrazo ya está plenamente operativo. Desde ayer a las 17.00 horas el vial quedó abierto al tráfico en la totalidad de su recorrido tras más de un mes y medio de corte de los primeros 6 kilómetros del trayecto -entre la rotonda de Domaio y la salida de Meira- para ejecutar los desmontes de la construcción de la futura autovía con plenas garantías de seguridad para los usuarios y los trabajadores de las empresas constructoras. Está previsto que el 9 de enero vuelva a consumarse el corte del mismo tramo de la carretera. En principio se reabrirá definitivamente a finales de enero, aunque desde las constructoras señalan que es necesario que el tiempo ayude y no sufran lluvias que puedan causar retrasos inesperados en los trabajos.

Tanto Copasa en el primer subtramo -entre la rotonda de acceso y la salida de San Lourenzo-, como Dragados en el segundo -hasta el enlace de Meira-, aprovecharon el periodo en el que pudieron trabajar sin tráfico, y que empezó el pasado 2 de noviembre. "Se cumplieron los rendimientos previstos en noviembre", apuntan. De hecho, en la primera fase los desmontes más grandes para los que es necesario que no circule el tráfico se encuentran entre 60 y un 80% de ejecución según las zonas. El desmonte 2 de la segunda fase -el más grande de toda la autovía a unos 500 metros del enlace de San Lourenzo- está ejecutado al 40%. Aunque durante esta reapertura temporal, adoptada en parte por la operación navideña de la Dirección General de Tráfico (DGT), continuarán ejecutándose trabajos menores, los desmontes utilizando dinamita no volverán hasta el día 9.

En lo que respecta al primer subtramo, fueron 55 los operarios que trabajaron en la obra desde el corte, a los que habría que sumar otros 15 trabajadores en labores técnicas de oficinas. No pararon su actividad ni siquiera los fines de semana y festivos, para acelerar las labores más delicadas y aprovechar el cierre parcial de la principal vía de comunicación de O Morrazo.

La mayor parte del tiempo y los recursos se destinaron a ejecutar las voladuras para los desmontes 5 (a 500 metros del comienzo de la vía), 9 y 10 (antes del viaducto de A Moura en ambos márgenes de la calzada) y 11 (en el margen derecho pasando el viaducto). El jefe de obra de Copasa, Diego Fos, explica que de los 12 taludes que deben desmontar estos son los que presentan una mayor complejidad técnica, pues al no comportarse como estaba previsto en el estudio geotécnico, se convirtieron en un peligro que obligó al cierre ante el riesgo de proyecciones de piedras sobre el asfalto. En todos esos casos la ejecución de los trabajos ronda el 70%.

Además, durante este mes y medio largo Copasa trabajó en otras áreas del subtramo 1 como el segundo viaducto de A Moura. Con las cimentaciones y los pilares finalizados, ayer proseguía, por segunda jornada, la compleja instalación del carro lanzavigas: una gran estructura metálica que enlaza los pilares y permitirá instalar las vigas entre los distintos vanos del viaducto. El jefe de obra entiende que en unos 4 ó 5 meses estará finalizado el tablero del segundo viaducto. También trabajaron en la construcción de los 10 muros de contención necesarios. Los que incluyen escollera, asociados al movimiento de tierras, están listos al 85%.

En la primera fase el único punto parado es el túnel de Montealegre, cuyo desdoble se contempla en la obra. Hasta que Patrimonio no autorice su construcción continuarán las excavaciones arqueológicas del castro de Domaio.

En lo que respecta al subtramo 2, el mayor de sus desmontes, que tenía 57 metros de altura, está ejecutado al 40% y ya se retiró piedra de hasta 37 metros. Esta tarea se retomará el 9 de enero. En este tramo, con un plazo de ejecución que se prolonga hasta el 25 de febrero de 2018, los cerca de 40 operarios de Dragados se centraron en actuar en este talud y en ampliar los pasos subterráneos de hormigón en Meira, que irán bajo los nuevos carriles. "En ambos casos son actuaciones para las que necesitábamos el corte del tráfico en la vía, por eso centramos ahí el esfuerzo de este mes y medio", explica el jefe de obra, Gregorio Saavedra.

En este subtramo cuentan con otros cinco taludes menos complejos, que se volarán tras la reapertura total en enero. "Solo requerirán de desvíos puntuales en el tráfico durante las explosiones", explican.

El viaducto de este tramo se desdoblará hacia la cara sur. Sin embargo, las obras todavía no empezaron y se podrán ejecutar sin afecciones a la circulación. Desde Dragados confirman que marchan a buen ritmo y en principio podrán cumplir con los plazos de ejecución.

En ambos subtramos optaron por proteger el asfalto desde el 2 de noviembre con una lámina de polietileno y una capa de tierra de un metro de espesor. Aún así, las toneladas de peso de las piedras proyectadas hacia el suelo ocasionaron algunos desperfectos. En los últimos días la tarea principal fue la puesta a punto de la carretera para la reapertura consumada ayer. Primero retiraron la tierra y después acometieron un reasfaltado en aquellos puntos de la calzada con desperfectos.

Ayer por la mañana los operarios apuraban las horas para ejecutar el pintado de las líneas y la señalización horizontal de la carretera que por la tarde estaba operativa.