La tensión por el conflicto abierto en Moaña por la construcción del paseo de Seara sigue en aumento. Tras lo ocurrido en la comisión informativa del martes, cuando un grupo de vecinos integrados en la Plataforma Beiramar trataron de reventar la sesión hasta que, cerca de la medianoche, el edil de Urbanismo Odilo Barreiro, decidió informar por escrito a la oposición, ayer se volvieron a repetir las protestas diarias en la calle. En esta ocasión, tras cortar el tráfico en Concepción Arenal un grupo de unas 40 personas tomaron la decisión entrar en el Concello, como vienen haciendo este mes, para hacer oír sus protestas dentro de la casa consistorial. Pero se encontraron con el cierre del propio Concello decretado por el ejecutivo bipartito. Durante media hora, entre las 11.40 y las 12.10 horas, las puertas estuvieron cerradas y tres policías locales vigilaron que no se pudiese acceder.

La alcaldesa, Leticia Santos, quiso disculparse ayer con el resto de vecinos que tuvieron que esperar a la reapertura y argumentó esta medida en una instancia que le habían presentado los trabajadores administrativos. Estos funcionarios elevaron sus quejas, con las correspondientes firmas, por el ruido que soportan cada mañana de este mes debido a las protestas de los concentrados. De hecho, en los últimos días se les prohibió acceder al Concello con bocinas o silbatos. Sin embargo, desde la plataforma exigieron esa prohibición "por escrito, pues no existe ninguna normativa al respecto".

"Non negamos o dereito que teñen a protestar, pero o permiso da Subdelegación do Goberno non contempla as protestas dentro do Concello", defiende la regidora. Mantiene que la prohibición de acceder se mantendrá por tres razones: "Primeiro porque molestan aos veciños que acuden a facer calquera trámite. Despois por respecto ás condicións dos traballadores municipais nos seus postos, e en terceiro lugar porque con esta actitude interrompen e ralentizan a xestión municipal", relató.

El ejecutivo local ofreció a representantes de la Plataforma acceder al Concello para explicar la medida, pero estos declinaron las explicaciones.

Y es que los concentrados se quejaron airadamente de este cierre. Reconocen que no han recibido multas por sus acciones de protesta pero criticaron que "se cierren las puertas y nos pongan a policías vigilando como si fuéramos delincuentes". Señalaron de todas formas que no se enfrentarán a los agentes y que "seguiremos concentrándonos como hacemos desde el 30 de enero".

Esta plataforma vecinal repartió panfletos entre sus simpatizantes con las consignas que repiten, entre las que se encuentran críticas al ejecutivo o consignas como "mentres non haxa paseo a 6 metros non nos moverán da casa do concello" o "para a próxima ocasión traeremos un cañón, para a próxima visita traeremos dinamita". Estas consignas las cantaron en la comisión del martes. A su finalización los ediles del ejecutivo local lamentaron haber "recibido insultos graves".

A este respecto la regidora cargó duramente contra el PP, que rechazó las informaciones por escrito y sus ediles se llegaron a sentar junto con los integrantes de la plataforma. "O PP asinou con todos os grupos un escrito pedindo que se respectase á actividade municipal. Con esas actitudes están incumprindo o que eles mesmos asinaron", argumentó Santos.

Antonio Sánchez, del PP, cargó ayer contra Barreiro al asegurar que hace "demagogia" por decidir que las protestas impidieron formular una pregunta a la Asociación de Veciños de San Martiño "porque el vecino que la planteaba nos abordó en la entrada del Concello y nos entregó su propuesta por escrito". Mantiene que el bipartito mintió sobre este asunto "cuando hablaban del lucro cesante o de gestiones ilegales del anterior gobierno", y se quejó de que no se les diese respuesta en una larga serie de asuntos como el estado "ruinoso" de la caseta de turismo. Para Antonio Sánchez la alcaldesa no actúa con "respeto" en el asunto del paseo y argumenta que los populares "también somos Moaña".