La crisis llega también a los cementerios. En el camposanto de Aldán falta la luz y los entierros se celebran a oscuras con la sola iluminación de los focos de los coches fúnebres, que son los que permiten al enterrador y a los encargados de la funeraria correspondiente hacer su trabajo. La escena que se representa parece tal cual la de una película de cine negro americano.

Estos enterramientos a oscuras, que se produjeron este fin de semana, obedecen a dos circunstancias concretas. La principal es, sí señor, la crisis.

El cementerio de Aldán, donde se construyeron y repartieron recientemente los nuevos panteones, carece de luz eléctrica porque la obra no fue entregada al Concello todavía. La empresa Seixo, que había iniciado los trabajos, quebró cuando lo hizo Proinsa. Los trabajos los concluyó la firma S.J. Rey, con la que la Concejalía de Obras y Servicios llegó a un acuerdo para acabar las muchas obras que quedaron pendientes en Cangas como consecuencia de finalizar, como en la avenida de Marín o el Plan de Caminos, que también había sido adjudicado en su momento a la empresa Seixo. En el convenio con la nueva empresa, la luz en el cementerio de Aldán no aparece como prioritaria.

Horario del cura

Pero la situación no sería tan grave si el cura párroco fijara para una hora más temprana los entierros. Pero el sacerdote de Aldán se empeña, según los vecinos, en mantener a las 18.00 horas los funerales, con lo que a las 19.00 horas ya es noche cerrada. El párroco José Manuel Pego señala que los entierros nocturnos que se produjeron el viernes y el sábado pasado se debieron a que en uno el comité fúnebre había sufrido en el puente de Rande una retención y en otro la causa se atribuye a la tardanza de la familia en acudir a los honras fúnebres.

José Manuel Pego afirma que su trabajo como profesor de Religión en un IES de Bueu le impide muchas veces encontrar otro horario que permita que los funerales y entierros se celebren a hora más temprana. Pero asegura que tampoco pone inconveniente a que otro cura se encargue del entierro a otra hora más temprana. José Manuel Pego resta importancia a lo sucedido. Por su parte, el enterrador reconocía ayer las dificultades que hubo el viernes y el sábado y que para realizar bien el trabajo se optó por utilizar la luz de los focos de los vehículos funerarios, ya que de otra forma la labora sería imposible.