El director xeral de Defensa do Monte, Tomás Fernández-Couto, se desplazó ayer por la mañana a la base de helicópteros de Silleda para entregar cuatro drones a los agentes ambientales de las brigadas de investigación de incendios forestales (BIIF). A través de estos vehículos no tripulados se podrán localizar incendiarios y mejorar la vigilancia preventiva, la detección y la extinción de fuegos.

La Xunta contará este año con diez drones más, que se sumarán a los dos del año anterior, durante la temporada de alto riesgo de incendios, que comenzó este miércoles y se prolongará hasta el próximo 30 de septiembre. Además, explicó que darán apoyo al trabajo que desarrollan las BIIF en Galicia. De esta forma, se podrán emplear para la medición y evaluación de superficies quemadas, así como para la detección de posibles incumplimientos en materia de gestión de biomasa o distancias de plantación.

En el acto de entrega de los aparatos se llevó a cabo una pequeña demostración de su funcionamiento y equipación. Los drones estarán controlados mediante una emisora con un alcance de 3,5 kilómetros de distancia. De este modo, incorporan un sistema anticolisión perimetral, con sensores frontal, inferior, trasero, superior y lateral. Fernández-Couto explicó que el tiempo de vuelo está entre los 20 y los 30 minutos y que incorporan una cámara dual con varios modelos de visualización de vídeo. En este sentido, insistió en que, gracias a estos aparatos, se podrán también controlar las posibles acciones delictivas que puedan suponer un riesgo de fuego en el espacio natural.

Finalmente, el director xeral señaló que a lo largo de este mes se hará entrega de los drones restantes y se llevarán a cabo doce cursos de formación para pilotos profesionales de drones, una formación que viene complementar la ya impartida en la materia. "La incorporación de esta tecnología a la lucha contra los incendios forestales es fundamental para atajarlos", matiza Fernández-Couto, que señala que con los drones se podrán tomar decisiones en incendios activos o estabilizados gracias al envío de cartografía y determinación de puntos calientes.

La Xunta mantiene activo el número de teléfono anónimo de denuncia de los incendiarios, el 900 815 085, que permite fomentar la cooperación ciudadana contra la esta práctica, ya que los vecinos pueden alertar sobre actividades sospechosas suministrando cualquier información que aporte valor en una investigación policial presente y futura. Asimismo, está a disposición de la ciudadanía el servicio gratuíto 085, al que se debe llamar en caso de detectar un incendio forestal.