A partir del próximo lunes, los centros educativos de las comarcas estarán abiertos para los alumnos que cursan un ciclo de fin de etapa y que supone, por tanto, una titulación. La decisión de la Consellería de Educación afecta a los estudiantes de segundo de Bachillerato de las comarcas, casi 350 jóvenes que si pasan curso tendrán las pruebas de acceso a la universidad del 7 al 9 de julio, y en menor medida a alumnos de segundo curso de ciclos formativos, aunque su dimensión es mucho menor, puesto que la inmensa mayoría ya terminó el curso en marzo y está haciendo prácticas en empresas.
Serán clases de refuerzo y voluntarias de cara a rematar el curso (el 9 de junio) o preparar las materias que entran a examen en las EBAU de julio. En la mayoría de centros las labores de desinfección comenzaron hace ya una semana, y a ellas se suman las mediciones de aulas para ver en cuáles se puede guardar la distancia de dos metros entre pupitre y pupitre. En algunos institutos, como el Laxeiro de Lalín o el Antón Losada de A Estrada, sus salones de actos se reconvertirán en aulas, dadas sus dimensiones. El primero tiene cerca de 65 estudiantes de segundo de bachillerato, entre diurno y nocturno. Su director, Uxío Grande, urge a la Consellería de Educación un protocolo para determinar otras cuestiones, como si el centro tiene que facilitar o no mascarillas y guantes a los estudiantes que acudan a clase, si puede haber transporte o si hay que marcar espacios también en los patios para que los jóvenes puedan mantener la distancia de seguridad. Este instituto ya hizo acopio de papeleras con pedal y tapadera para desechar residuos, así como de hidrogeles, y está pendiente de saber si se precisa un termómetro para medir la temperatura a cada alumno y, en último caso, si hay que disponer de un local para aislar a un estudiante que empiece a manifestar síntomas de coronavirus.
Desde el citado Antón Losada su director, José Manuel Puente, pone en entredicho que el regreso a las aulas sea de carácter voluntario. En su caso, cuentan con 66 estudiantes afectados. Añade que será preciso realizar una limpieza diaria. Son, según las pautas, tres desinfecciones al día de las estancias, pero en el caso de las aulas de informática, como indica Uxío Grande, habrá que desinfectar cuando un grupo termine de utilizar los ordenadores.
Sin salir de Deza, desde el IES Pintor Colmeiro también se está a la espera de que Educación publique un protocolo de actuación. En este centro hay unos 40 estudiantes a punto de pasar a la universidad, mientras que en el Aller Ulloa de Lalín son en torno a 60 y en el Marco do Camballón, de Vila de Cruces, una veintena. Los profesores están a expensas de lo que determine la Xunta para fijar horarios y ver qué asignaturas se imparten: todas, aquellas que sí entran en la prueba de acceso a la universidad... Por eso, desde el Laxeiro no se descarta desdoblar algún aula (si antes eran de 30, ahora deberán ser de 15). En el colegio María Inmaculada, de Silleda, siempre se aprovechan las últimas semanas de curso para dar clases de refuerzo, y en la situación actual está por ver qué concreta Educación. Cuenta con seis alumnos, de modo que será fácil adaptar las distancias.
En Tabeirós-Montes, el IES Número 1 de A Estrada no cuenta con alumnos de Bachillerato pero sí lo hacen tanto el García Barros, también en la cabecera comarcal y con 89 matriculados en ese curso, como el Chano Piñeiro, en Forcarei. El director del centro forcaricense, Anxo Fernández, también está a la espera de conocer medias sobre el transporte. El instituto cuenta con 18 alumnos (de los que tres tienen pendiente alguna materia), por lo que no será difícil reubicarlos. Apunta que en estos dos meses las clases telemáticas han funcionado muy bien. El centro, que funciona con cita previa desde hace semanas para cuestiones de matrícula, recibe usuarios a cuenta cotas, como ocurre en el Colmeiro.
