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La venta de pan baja desde la segunda semana de encierro

Por las mañanas es frecuente ver colas de personas esperando en la calle para acceder a la panadería, donde por norma los clientes solo pueden entrar de uno en uno. Pero aún así, las ventas están por debajo de las cifras anteriores al estado de alarma. Y esto se debe no solo al cierre de la hostelería sino que a muchos clientes prefieren aprovechar el encierro para cocinarse su propio pan.

Así lo confirma la panadería Hermanos Bouzada, con despachos en Silleda y Lalín. Isabel Bouzada indica que una vez que se decretó el estado de alarma, el 14 de marzo, la venta de pan se disparó durante las dos semanas siguientes. Tiene su explicación en que las familias hacían todas las comidas en casa, mientras que antes los niños solían comer en el comedor y los padres en el trabajo o en un restaurante. A partir de esas dos semanas el despacho de pan empezó a bajar, precisamente por el auge de las recetas caseras. Así que ahora en vez de pan, lo que suelen vender supermercados y panaderías es levadura para poder hornearlo en casa.

El sector se enfrenta así, a un consumo cada vez más irregular. Semanas atrás Manuel Bouzada ya comentaba que muchos clientes preferían llevarse varias barras a la vez para congelarlas e ir consumiéndolas según necesidad. Evitan, así, salir a la calle todos los días.

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