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La temporada de jabalí acaba sin mejores resultados pese a la emergencia cinegética

Las sociedades ven más efectivo adelantar la apertura de caza a finales de julio - Todos los colectivos agotan los precintos - Lalín, que comenzó con 180, alcanza ya los 300

La cuadrilla de cazadores de Dozón posa con los nueve jabalíes abatidos el domingo en Vilarello, As Penas y A Lagoa.

Este sábado remata la temporada de caza de jabalí. Había comenzado el pasado 24 de agosto y, en comparación con los años anteriores, duró en torno a un mes más. En vista de la densidad de la especie y el volumen de daños, a mediados de octubre la Consellería de Medio Ambiente declaró a mayores la emergencia cinegética en Deza, de modo que en vez de poder cazar solo jueves, sábados, domingos y festivos, cabía la posibilidad de hacerlo todos los días y sobre ejemplares de ambos sexos, sin límite de cupo.

Esta medida extraordinaria apenas tuvo consecuencias en Deza, y por el motivo que ya se sabía de antemano: la falta de disponibilidad de las cuadrillas. Cada una debe tener un mínimo de 8 y un tope de 30 miembros, y entre semana resulta muy difícil llegar a ese mínimo de cazadores.

Aún así, y a la espera de lo que ocurra el sábado, podemos afirmar que la población de jabalí en la zona continúa siendo alta. Las sociedades de caza agotan los precintos concedidos al inicio de la temporada, y en varios casos hubo que solicitar una y hasta dos ampliaciones. Estos precintos cuestan en torno a un euro y son amarillos, a diferencia de los precintos de daños (rojos) y de los de emergencia cinegética (amarillos pero con un distintivo). A la hora de solicitar esos precintos en el plan de aprovechamiento cinegético, suelen tenerse en cuenta las cifras de inicio de la temporada anterior. Así, la Sociedade de Caza de Lalín arrancó la temporada con 180 sellos, a los que hubo que añadir otros 80 y, en una segunda ampliación, 40 más, previa reforma de dicho plan de aprovechamiento. Son, en total, 300 precintos. Solo el pasado fin de semana, las cuadrillas de jabalí de Lalín abatieron 25 ejemplares.

El presidente del colectivo, Julio Mariño, descarta por el momento incorporar más cuadrillas. Fue con su directiva cuando se pasó de cinco a seis equipos, y apunta que sí se notó este mes largo más de temporada. Sobre todo porque Lalín padece la incursión de jabalíes procedentes de O Irixo, pero también de zonas libres de caza como la de Grobas o de Zobra. Los daños del jabalí en Lalín destacaron, sobre todo, en cultivos incluidos en zonas de adiestramiento. El grueso de las denuncias se concentró en Palio, Rodís y Catasós.

De cara a la próxima temporada, Lalín podría consensuar con Medio Ambiente un incremento ya en ese cupo inicial de precintos, pero dependerá "de cómo va la siembra de maíz y de cómo quedó la densidad del animal", explica Mariño.

Precisamente, el ciclo del maíz debe ser un aspecto a tener en cuenta a la hora de marcar la temporada de caza de jabalí. El presidente de la Sociedade de Caza de Dozón, José Rodríguez, propuso a Medio Ambiente adelantar el arranque de la temporada a principios del mes de agosto o incluso a finales de julio, para que coincida con la maduración de la espiga y poder defender así los campos de cultivo sin tener que hacer trámites de batidas por daños. Dozón inició el año con 48 precintos, y tras una ampliación se le concedieron otros 20. Quedan en torno a seis sellos libres, disponibles para el sábado. Rodríguez apunta que hay una densidad inferior al año pasado, y aunque ahora mismo los destrozos son puntuales, "nunca vamos a tener cero daños", adelanta.

Zonas de refugio

En Silleda, son ya siete las temporadas que arrancan con 85 precintos, y solo en dos hubo que pedir ampliación. Una de ellas es la presente, ya que hace un par de semanas el colectivo recibió otros 30 sellos. Serán, en total 115 usados. Desde la entidad se incide en la alta densidad de este animal en el municipio, en vista de los accidentes de tráfico que causa. Hubo que hacer a mayores tres batidas en las zonas de refugio. Este colectivo, que cuenta con tres cuadrillas, también apela a las dificultades para cazar entre semana, como permitía la emergencia cinegética. La medida extraordinaria que adoptó Medio Ambiente sí supuso, al menos, minimizar las trabas administrativas a la hora de comunicar y gestionar daños o solicitar más precintos, como apunta José Rodríguez.

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