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Análisis del Instituto Galego de Cualificacións

Los contratos relacionados con la hostelería aumentan en Deza casi un 42% en cinco años

-En el pasado ejercicio se formalizaron 1.201 acuerdos laborales a cocineros, camareros y ayudantes de cocina -Pese a la oferta de empleo, un informe autonómico concluye que la estabilidad laboral en este sector es baja

Las contrataciones a camareros se incrementaron en la comarca en el último año. // Bernabé/Ana Agra

El turismo es una de las alternativas con las que tratar de paliar la perenne crisis, pero una excesiva dependencia de este sector, al margen de una adecuada planificación, pone en riesgo la economía por lo que representa la fortaleza industrial para un determinado territorio. El impacto económico que el turismo tiene en la comarca dezana está muy lejos de lo que supone en la franja costera provincial, pero sí atesora una cierta relevancia ligada, sobre todo, al paisaje, al turismo religioso [las rutas jacobeas] o a la gastronomía.

En este sentido llama la atención el importante incremento de las contrataciones laborales relacionadas con la hostelería en Deza, que en un plazo de cinco años han aumentado en casi un 42%. Así se desprende del último informe del Instituto Galego das Cualificacións de la administración autonómica. Si observamos los epígrafes de camareros asalariados, ayudantes de cocina y cocineros por cuenta ajena, estos tres oficios han pasado en un lustro de aglutinar un total de 848 acuerdos laborales a los 1.021 con los que se cerró el pasado ejercicio. En el primer caso la comparativa interanual indica que de 747 se subió a las 908, representando ya el 15,7% de todas las contrataciones de la comarca. En 2015 se habían cerrado 629 altas. Si nos ceñimos solo a la restauración presenta unos niveles más bajos de inserción, pero dentro de este nicho de mercado, no conviene perder de vista, que también hay empleo para los camareros. Durante el pasado curso se cerraron 181 altas laborales a ayudantes de cocina, 53 más que doce meses antes y muy por encima del centenar que hubo en 2016. En lo que atañe al epígrafe concreto de cocineros asalariados, el volumen de contrataciones fue de 112, cuando en el año 2018 habían sido 85.

La relevancia que tienen estas profesiones dentro del mercado laboral dezano contrasta, según las conclusiones del estudio autonómico, con el indicador de estabilidad laboral, pues es bajo. Es decir, el índice de ocupabilidad es alto, pero se trata de empleos poco estables.

Otro segmento laboral con vínculo, en cierta medida, al sector servicios está en el epígrafe de personal de limpieza de oficinas u hoteles y establecimientos similares. Las 183 personas contratadas, una quincena más en un año.

Más oficios

En el informe relativo a Deza se valoran otras profesiones en función de sus indicadores de tendencia o de ocupabilidad. En un territorio donde el comercio también goza de un asentamiento importante, 6 de cada 100 acuerdos laborales suscritos el año pasado fueron con vendedores de tiendas y almacenes, con exactamente 345 contrataciones. Son cinco menos que el ejercicio anterior y podemos concluir que mantienen la misma gráfica que en 2017 y 2016, pero están muy por encima de los 296 de hace un lustro.

Empleados de industrias cárnicas y matachines concentraron 85 contrataciones, una veintena más en un año, si bien el indicador de estabilidad laboral pasó de alto a medio. Otro grupo que experimenta un crecimiento relevante es el denominado peones forestales y de caza, con 81 acuerdos laborales en 2019, frente a los 67 de doce meses antes.

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