En la madrugada del pasado 29 de agosto, Rodeiro registró un terremoto con una magnitud de 2,7 grados. A lo largo de toda la jornada, las redes sociales se hacían eco de este temblor de tierra, que no causó ningún daño material pero que sí fue perceptible a través de ligeros movimientos de los objetos. Este fue el sismo más intenso de los cuatro que detectó el Instituto Geográfico Nacional en las comarcas a lo largo de todo el año pasado. A nivel estatal, esta entidad detectó nada menos que 7.117 temblores de tierra.
Si el de Rodeiro se limitó a desplazar algunos objetos y dar la ligera sensación de movimiento del suelo, los otros tres fueron percibidos únicamente por los sismógrafos. El primero tuvo lugar el 25 de marzo, minutos antes de la medianoche, en Lalín. En la escala de Richter alcanzó una magnitud de 1,9 grados, y su epicentro estaba a 13 kilómetros de profundidad, mientras que el temblor de Rodeiro tenía el suyo a 9 kilómetros. Ya en verano, el 4 de julio y pasada la medianoche, Dozón registró también un sismo, de 1,5 de magnitud. Por último, a las 14.20 horas del 7 de octubre el sismógrafo detectó un temblor de tierra con epicentro en Silleda, a 8 kilómetros de profundidad y con una magnitud de 1,9.
La zona nororiental de la provincia no suele ser un área de gran actividad sísmica. Lo más frecuente es que tenga una actividad "de rebote", como en su momento explicó el geógrafo Antonio Presas, de modo que los concellos de Deza y Tabeirós pueden notar en forma de vibraciones los epicentros de sismos en enclaves cercanos. No ocurre lo mismo, por ejemplo, en la vecina provincia de Ourense. Durante el año pasado tuvo especial relevancia la actividad sísmica en el municipio de A Merca, con más de 40 temblores, algunos con una magnitud de 2,9. Cartelle, también en Ourense, llegó a sumar 45, uno de ellos llegando a los 3,2 grados. Estos dos concellos de la comarca de Celanova son limítrofes entre sí y buena parte de su actividad sísmica tuvo lugar durante el verano.
Sismógrafo en Agolada
Si queremos ver cómo fue la actividad sísmica en el resto de la provincia pontevedresa, resulta que Ponte Caldelas, a diferencia de lo que ocurrió en 2018, suaviza su actividad sísmica. Tuvo uno el 7 de junio, sobre las 21.00 horas, con una magnitud de 1,8 grados. Durante el pasado ejercicio, los terremotos se concentraron en el municipio de Covelo y también durante el verano, puesto que en la jornada del 19 de agosto llegó a registrar hasta seis temblores de tierra durante la madrugada y en las primeras horas de la mañana. Sus magnitudes se movieron entre los 1,8 y los 2,5.
En Pontevedra el IGN cuenta con dos sismógrafos. Uno de ellos está en Zamáns (en Pontevedra) y otro en Agolada. Las otras tres estaciones gallegas están en Mazaricos (A Coruña), Lobios (Ourense) y A Pontenova (Lugo).
