A la postura en contra de los vecinos y del BNG sobre la instalación de una gasolinera low cost de Plenoil en Barrio do Campo se suma también la de la Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes). La entidad que preside Benigno Redondo solicita a la Xunta que no autoriza la instalación de estos surtidores, que no contarán con personal.

La falta de empleados en esta estación es la principal baza de Fegaes para mostrar su rechazo al proyecto. "La presencia de personal en una gasolinera constituye la mejor medida de protección para los usuarios, y también para el medio ambiente, a la hora de ofrecer el servicio de repostaje", indican desde el colectivo.

Tras conocerse el proyecto de Plenoil para Silleda, y en vista de que éste se suma a un amplio listado de estaciones de servicio sin personal, Fegaes reitera su llamamiento a la Consellería de Economía e Industria para que cumpla con su obligación de legislar "adecuadamente" sobre esta cuestión. Fegaes pide que la consellería se preocupe "de que las estaciones de servicio desatendidas garanticen el suministro en condiciones de total seguridad para los consumidores, usuarios y para el entorno en que se ubican". La federación añade que en la actualidad este tipo de estaciones "siguen encontrándose en un limbo legal" en la comunidad gallega.

Al hablar de la falta de seguridad en estas estaciones "fantasma", Fegaes ya indicó en anteriores ocasiones que al no haber ningún empleado, nadie revisa si el consumidor está repostando con el motor apagado, las luces también apagadas y sin fumar, por poner algunos ejemplos. Tampoco hay ningún control sobre el envase en el que puede llevarse combustible el consumidor.

Al margen de la seguridad, si no hay personal en estos surtidores tampoco se garantiza la accesibilidad a los mismos, puesto que las personas con movilidad reducida pueden tener dificultades para usar ellas mismas el dispensados o el dispositivo de pago, por lo que precisarían ayuda de algún empleado. Fegaes quiere también recalcar que la proliferación de este tipo de surtidores supone "una seria amenaza para el empleo", ya que no crea ningún puesto de trabajo.

Precios más baratos

A finales del año pasado, Fegaes calculaba que la proliferación de estas gasolineras fantasma por toda España (medio millar desde 2016) habían destruido 2.700 empleos. Se calcula que por cada estación sin personal que se pone en marcha, se van al garete 4,5 empleos. Precisamente, el hecho de no tener personal es lo que permite a este tipo de gasolineras ofrecer los combustible a un precio bastante más competitivo que el de las gasolineras tradicionales. Por el momento, hay ya más de media docena de comunidades autónomas en las que se exige personal en todas las estaciones de servicio mientras estén abiertas. Son Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Baleares, Murcia, Navarra y la Comunidad Valenciana.