Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La producción de uva en la Ribeira do Ulla ganó más de un millón de kilos en 14 años

La producción amparada por la denominación Rías Baixas creció desde 2005 un 74%, llegando a los 1.554.177 kilos en 2018 - Reúne hoy día 92 viticultores y siete bodegas

Una imagen de la vendima de este año en Adegas Castrobrey, en Camanzo (Vila de Cruces). // @arxina_fotografia

El fruto de la vid se ha extendido -y mucho- en los últimos años por las tierras que baña el Ulla. La producción de uva en la subzona Ribeira do Ulla, dentro de la Denominación de Origen (D.O.) Rías Baixas aumentó en más de un millón de kilos en un período de 14 años. El incremento del 74% en el volumen de uva que se recoge en esta zona en cada vendimia se aprecia claramente al comparar los 394.438 kilos recogidos en 2005 con los 1.554.177 obtenidos en la campaña de 2018. Aunque, evidentemente, en este intervalo la producción ha experimentado cambios al verse afectada por múltiples factores cada año, la expansión de la viticultura en estas tierras se aprecia también en el notable incremento de la superficie amparada por esta subzona.

A día de ayer, las bodegas de la zona habían puesto ya punto y final a la vendimia. Los datos de la cantidad de uva recogida todavía se harán esperar, si bien algunos de los productores reconocieron que la de 2019 ha sido una buena campaña. Fue en el año 2000 cuando se abrió para la zona del Ulla una nueva etapa en el campo de la vinicultura con la inclusión de estas riberas en la denominación Rías Baixas. La subzona Ribeira do Ulla está formada por municipios de las provincias de A Coruña (Vedra, Padrón, Teo, Boqueixón y Touro) y Pontevedra, entre estos últimos zonas de A Estrada, Silleda y Vila de Cruces. En función de los datos facilitados ayer, la subzona presenta a día de hoy 92 viticultores y siete bodegas.

La cantidad de uva recogida en la campaña de 2018 permitió a estos productores generar alrededor de 1.100.000 litros de vino, según los datos facilitados en su momento a esta Redacción. Según se explicó ayer que las características edafo climáticas de la subzona son "prácticamente idénticas" al resto de las que conforman el ámbito de la denominación Rías Baixas. Una de las variaciones viene dada por el hecho de que se trata de un zona en la que el ciclo vegetativo termina un poco más tarde y, por tanto, la vendimia suele comenzar unos días más tarde que el resto de las subzonas, si bien esta cuestión depende mucho del año.

Desde el Consello Regulador se explica que la subzona Ribeira do Ulla ha tenido "un crecimiento sostenido desde sus comienzos, con vocación productiva". Apuntan que parte de esta uva se destina a bodegas de la subzona de O Salnés. "Por supuesto, aun tiene potencial de crecimiento y el área de acogida tiene vocación de expansión", explican.

Esta expansión la reflejan los datos. Atendiendo a la superficie amparada por la subzona, en 2005 eran 78,2 las hectáreas ligadas a la producción de estos caldos, mientras que en 2018 la superficie de terreno englobada en subzona se cifró en 184, 8 hectáreas. Las tierras dedicadas a viñedo no han parado de aumentar en estos años, ayudando a explicar en gran parte el notable incremento de la producción, si bien esta se ve condicionada por factores tan determinantes como las condiciones meteorológicas.

En cuanto a las variedades de vid de esta subzona, la mayor parte se corresponden con Albariño. En concreto, son actualmente 1.824.245 los metros cuadrados que ocupa esta variedad. La siguiente en términos cuantitativos sería la Mencía, con 33.590 metros cuadrados, seguida de la Treixadura y el Caiño tinto, con 5.025 metros cuadrados. Por detrás estarían Caiño Blanco, Godello, Souson y Torrontes.

El proceso continúa

A la espera de que los datos oficiales pongan cifras a la última vendimia en la subzona Ribeira do Ulla, las sesiones eran ayer muy positivas desde el sector. "La verdad es que fue muy bien. Fue una vendimia más complicada por el tiempo extraño que hizo pero la uva entró sana y con buena acidez", explica Ramón Blanco desde Adegas Castrobrey. Indicó que el trabajo continúa ahora permitiendo que se obre el "milagro" de la fermentación por el que las levaduras se comerán el azúcar y convertirán el mosto en vino. Calculó este experto que el proceso puede tardar unas dos o tres semanas, si bien explicó que el caso de esta bodega de Camanzo se apuesta por una fermentación controlada en acero inoxidable y a baja temperatura, de tal manera que, por decirlo de algún modo, sus caldos se "cocinan" a fuego lento. En el mes de noviembre habrá ya vino procedente de la uva recogida en las últimas semanas, una añada que saldará al mercado en el caso de esta bodega entre junio y julio de 2020.

A la hora de definir las características de los vinos de la subzona Ribeira do Ulla, Ramón Blanco apuntó que, en el caso de obtenida en estos viñedos, con cepas de más de 50 años -con una raíz de unos cinco o seis metros hacia abajo- y un suelo de base arcillosa, son "vinos con mucha mineralidad y una acidez muy equilibrada".

Compartir el artículo

stats