La finalización de las obras de reforma de la Praza da Vila sigue a la espera de solución para el problema de los estorninos. En cuanto disponga del preceptivo permiso de la Xunta de Galicia, el Concello de Lalín suscribirá un contrato menor con una empresa que combina el uso de halcones con ultrasonidos -como en la alameda de A Estrada- para ahuyentar los pájaros. Solo entonces se podrán rematar los trabajos en el parque, tal como indica el alcalde.

"Queremos ponerlo a funcionar cuanto antes, pero con los estorninos ahí no se podría hacer, porque el parque quedaría todo deteriorado por sus excrementos", indicó ayer José Crespo en declaraciones a una emisora de radio. "Hay cuadras en donde duermen animales que no generan tantos excrementos como lo hacen los estorninos", afirma el regidor, que añade que cada semana se acumula "más de centímetro y medio de excrementos que corroen metales y deterioran las superficies en las que caen".

Otro de los asuntos sobre los que se explayó ayer el mandatario fue la polémica suscitada por la construcción de las sendas peatonales en la Carballeira do Rodo. "Desde luego, se podría haber hecho una actuación más acorde con el entorno natural", opina Crespo, para quien "no es de recibo que corten un muro por el medio y haciendo zig zag" por la arboleda. Entiende que pudo emplearse otro material para delimitar las sendas, en vez de hormigón, aunque "al echarle zahorra no queda tan mal".

El alcalde carga contra el anterior gobierno, que dejó el proyecto listo para contratar, si bien fue adjudicado por el suyo en agosto. "Ni siquiera arreglaron los permisos con todos los propietarios afectados", señala, en alusión a la negociación con una familia cuya propiedad invadía un muro. "Menos mal que esa familia tenía muy buena voluntad", apunta Crespo, reprochando al cuatripartito que no se reuniera con ella para "decirle qué se iba a hacer allí". "¿Qué pasaría en Lalín con los grupos ecologistas si nosotros hubiéramos diseñado esta propuesta?", inquiere. "Quien la capitaneó fue el PSOE y Nicolás González Casares, y tiene que dar explicaciones de por qué nos dejó este pastel", demanda.

Defiende la actuación de su gobierno al seguir adelante con un proyecto que ha empezado a cuestionar públicamente a raíz de las críticas vertidas por numerosos vecinos en redes sociales. "No nos quedó más remedio que adjudicarlo -alega-. No hacer esa obra significaba una pérdida de fondos que no se podrían cambiar de destino", además de "incumplir el programa del DUSI". "El proyecto que hicieron para la periferia, con sendas inconexas, es muy deficiente, pero tenemos que seguir adelante con ellas, porque estaban contempladas como obligatorias en la estrategia", subraya.