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La reparación de los turismos dañados por el granizo se extenderá hasta principios de 2020

Un coche con el capó lleno de abolladuras tras la granizada. // Bernabé/Javier Lalín

Si el granizo causó auténticos destrozos en los turismos del casco urbano de Lalín y en algunas parroquias aledañas, sus efectos fueron mucho más leves en maquinaria agrícola. De hecho, en cooperativas cercanas al casco urbano como la de Cobideza, con sede en Cercio, no se registraron destrozos en sus vehículos de trabajo. El presidente, Román Santalla, añade que "sí hubo desperfectos en tejados de granjas, pero esas cuestiones ya debe arreglarlas cada propietario con su aseguradora".

En cuanto a las consecuencias de la tormenta sobre el campo, fueron desiguales según el tipo de cultivo. El pedrisco afectó sobre todo a las huertas para autoconsumo familiar, destrozando alimentos recién plantados o en pleno crecimiento. En cuanto al maíz, el cultivo por excelencia de la comarca dezana, el granizo "retrasó un poco su crecimiento, de modo que la cosecha puede ser de un 95%, en comparación con años anteriores", explica Santalla. Lo que ocurra durante las próximas semanas en los maizales, ya a punto de madurar, va a depender más de las incursiones del jabalí que de los caprichos que pueda tener la meteorología.

También hubo daños en silos. La fuerza con la que caía el pedrisco provocó la rotura de numerosos plásticos que cubrían este alimento. Su calidad puede mantenerse más o menos inalterada, a pesar de que no es conveniente que entre oxígeno porque así se evita que crezca flora aeróbica putrefactiva. Pero eso sí, fueron varias las explotaciones que tuvieron que afanarse en cambiar esos plásticos dañados cuanto antes para evitar tanto la entrada de aire como de humedad o sol.

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