No fue un espejismo. Las puertas de la playa fluvial de Liñares se abrieron de par en par el pasado 1 de agosto para que cualquier vecino de A Estrada pudiese disfrutar de unas instalaciones reservadas hasta el momento a los integrantes de la Sociedade Deportiva Río Ulla. El oasis se esfumó en la jornada de ayer, que puso fin al acceso libre a estas instalaciones, volviéndolas a reservar para el goce exclusivo de los socios.

No tiene palmeras ni las desea. Los robles de este oasis estradense para los días de sol ofrecen una sombra fresca, ideal para disfrutar de una tarde de verano leyendo un libro, respetando la tradición de una buena siesta o compartiendo una comida con la familia antes de refrescarse en las aguas del Liñares. Con la arena recién renovada, este paraje natural lució este verano más que apetecible para quienes, hasta ahora, lo disfrutan desde la distancia, sin formar parte de la sociedad que gestiona y cuida esta playa.

Río Ulla quiso tener hacia todos los estradenses un gesto de buena voluntad en el marco de su negociación con el Concello para que este recinto pase a ser, previsiblemente de cara al próximo año, gestionado por la administración municipal. Se programó una quincena del mes vacacional por excelencia de puertas abiertas para que los ciudadanos pudiesen comenzar a disfrutar de la playa y de todas las instalaciones que ofrece el recinto junto al río. Sin embargo, esta experiencia tenía fecha de caducidad y desde hoy las personas que no sean socias de este colectivo tendrán que volver a sus habituales alternativas para mitigar el calor.

El tiempo no acompañó a estas jornadas de puertas abiertas. El verano atípico de este año no concedió grandes días de sol para disfrutar al máximo del recinto. Sin embargo, la afluencia a estas instalaciones por parte de usuarios no socios fue notable, aprovechando de manera especial esta opción en jornadas en las que las piscinas municipales estuvieron cerradas.

Aunque la frescura de estas instalaciones ya no es de acceso libre, Concello y Río Ulla negociarán para que durante el próximo verano todos los estradenses puedan entrar a disfrutar de la playa fluvial, sin límite temporal. El Concello abonará un canon a la sociedad para gestionar, por espacio de unos veinte años, la playa fluvial, realizando una serie de reformas en las instalaciones.

En total son 24.000 metros cuadrados de espacio. El gobierno local adelantó su deseo de mejorar cuestiones como los columpios -ya antiguos- o la zona de cafetería, aprovechando la terraza. Se prevé que los vestuarios también requieran alguna intervención. El gobierno local no ocultó su deseo de convertir este arenal en la "playa urbana" de A Estrada. Además, su pretensión sería conectar este espacio natural con el casco urbano a través de un carril bici o una senda, aprovechando que por sus inmediaciones pasa un tramo de la Ruta do Salmón.

Concello y Río Ulla se sentarán para completar sus negociaciones. Mientras, muchos estradenses recordarán la frescura del agua, la brisa bajo los árboles y los juegos en la arena, aguardando a que el oasis vuelva a aparecer, completamente abierto, en el horizonte.