El próximo viernes 12 de julio, a las 19.30 horas, en la sede de la Real Academia de Medicina de Galicia tendrá lugar un hecho histórico protagonizado por una lalinense. La catedrática Rosa Meijide Faílde se convertirá ese día en la segunda mujer académica numeraria de este organismo ocupando el sillón de Hidrología Médica. La doctora Meijide impartirá un discurso de recepción titulado "Hidrología médica: caminando hacia la evidencia científica", que será contestado por el vicepresidente de la academia, Jorge Teijeiro. A continuación, su presidente, José Carro, efectuará la salutación a la nueva académica nacida en Lalín.

-¿En qué consiste su especialidad en Hidrología Médica?

-Es una especialidad reconocida en España desde siempre, que es la que se ocupa de todos los tratamientos en balnearios con aguas mineromedicinales, agua de mar o, también, con agua potable.

-¿Es consciente de que el día 12 entrará en la historia de la Real Academia de Medicina de Galicia?

-Es un reconocimiento importante. Sólo había una mujer desde hace ya bastantes años, que es Alicia Ansede, y creo que ya va para 30 los años que no había otra mujer en la academia. Como sabes, estas academias fueron creadas en su día por Fernando VII, y creo que en Galicia se puso en marcha en 1832. Ahora las mujeres son mayoría en la facultad, pero cuando yo estudié no era así. Afortunadamente, ahora muchas jefaturas de servicio ya están en manos de mujeres, pero fueron nuestros padres los que nos apoyaron a que hiciéramos estudios universitarias y fuéramos independientes. También creo que va tocando casi por edad que ahora esa generación esté accediendo a este tipo de reconocimientos.

-También pudo haber llegado antes en el tiempo, ¿no le parece?

-Los que están sentados en esos sillones son los que fueron mis catedráticos y todos eran hombres. Yo no recuerdo muchas profesoras cuando era estudiante, pero ya digo que ahora nos toca a nosotras porque realmente hay muchas mujeres que han alcanzado un estatus en esta disciplina, aunque no demasiadas por culpa de la brecha de género, como ya te imaginas.

-¿Qué labor le gustaría llevar a cabo como nueva académica?

-Este ingreso es una contribución a lo que yo habitualmente hago, que es cultivar la vertiente científica y médica de la Hidrología Médica. En toda Europa es una especialidad reconocida desde los años 50 dentro de las prestaciones de la Seguridad Social formando parte de los respectivos sistemas nacionales de salud porque se ha creado en el continente toda una red de balnearios que, hoy en día, sus tratamientos están incluidos en cualquier protocolo de distintas enfermedades. Las distintas indicaciones también han ido cambiando junto con la sociedad porque ahora se viven más años. Ahora mismo, si analizamos la mayor parte de nuestras enfermedades, un 60 por ciento son crónicas, lo que quiere decir que no se curan con medicamentos. Así que, espero contribuir modestamente desde mi sillón en esa importante labor científica.

-¿En qué se trabaja ahora dentro de la Hidrología Médica?

-Este es un tipo de medicina que ahora se la está enfocando sobre todo a hacer prevención, a tratar las enfermedades crónicas con métodos que ayuden a reducir el consumo de fármacos y que se pueda hacer educación sanitaria y demás.

-¿Es Galicia uno de esos reconocidos paraísos que existen en Europa dentro de lo que se conoce como termalismo?

-Por supuesto. Coincide que Galicia tiene una gran riqueza natural especialmente en las provincias de Ourense y Pontevedra. Luego están los casos puntuales de Lugo. Sin embargo, el agua caliente no está suficientemente aprovechada salvo porque falta un centro termal en pleno centro de la ciudad de Ourense. También Francia, Alemania, el norte de Portugal y varios países del Este cuentan con importantes centros termales muy reconocidos.

-¿No le parece que existe un poco de esnobismo a la hora de ir de vacaciones a los balnearios?

-Yo creo que hoy en día se va al balneario sin saber bien a lo que se va porque el objetivo es ir de fin de semana para cambiar la rutina. La parte terapéutica de los balnearios aquí, por las circunstancias vividas en la postguerra, quedó muy depauperada y no se incluyó en la Seguridad Social ni muchísimo menos. Al contrario de lo que sucedió en el resto de Europa donde ya Alemania contaba un sistema nacional de salud. Además, en el Este europeo ya tenían una gran red de balnearios terapéuticos con indicaciones médicas muy concretas para niños y para adultos. Con esto te quiero decir que a nosotros eso nos llegó más tarde y, a lo mejor, todo ese desconocimiento se debe a dichas circunstancias.

-Sin embargo, afortunadamente eso de ir a tomas las aguas ya no es algo tan elitista como antes.

-Ese concepto elitista del termalismo es el del siglo XIX. Se puso de moda entre las élites y en realidad fue el nacimiento del turismo. Era algo habitual entre reyes, emperadores o artistas de renombre, y ahí están aún en pie todas las mansiones que se construyeron en esos centros balnearios. Ese concepto elitista se rompió cuando se instauró la Seguridad Social en toda Europa y eso hizo que cambiaran radicalmente todos los balnearios dejando a un lado las suites para dar paso a unos establecimientos con más capacidad. Yo tengo muchos alumnos de Erasmus procedentes de Rumanía, Polonia, Chequia o países que dan al Mar Negro, que te cuentan como a los que estaban un poquito débiles de salud les mandaban obligatoriamente a un balneario durante el verano.

-¿Tanto trabajo le deja tiempo para regresar a su tierra natal para poder estar con los suyos?

-La verdad es que por Lalín voy a comer y procuro ir a tomar un vinito y un café para dar un paseo por mi pueblo. Lo hago cada quince días o tres semanas; es poco, sí. Reconozco que es menos de lo que me gustaría, pero intento hacerlo siempre que puedo.