El antiguo director del Museo da Minería de Fontao, Diego Casal, sale al paso de las declaraciones de fuentes municipales de Vila de Cruces sobre el extravío de medio centenar de mapas integrados en el legado del geólogo Jan Dirk Hilgen, y que Lalín había cedido a Cruces por cinco años. Explica que el único inventario realizado durante si vinculación al Museo fue el que hizo, con unas 2.000 fotos, el geógrafo lalinense Antonio Presas. Una copia de este inventario se dio al Concello de Lalín y otra al GDR Terras do Deza, donde hasta ese momento estaba depositado todo el material (además de los mapas, había microscopios, diapositivas, anotaciones a mano, libros y material pétreo). Cruces dispuso de este material desde 2013 y hasta el año pasado. En esos cinco ejercicios tendría que haberlo catalogado. Hizo un dossier "en el que está todo el material, pero en el que no se mencionan los mapas", explica la concejala Beatriz Iglesias, responsable del Museo. Iglesias añade que ninguna de las cinco personas que se encargaron de las visitas guiadas del Museo retiró los mapas, del mismo modo que exculpa al exdirector del Museo.
Sin embargo, Casal es mucho más crudo en sus críticas al gobierno en funciones. Dejó su cargo al frente del Museo da Minería por, entre otras cosas "el descontrol en el proceso. Porque yo solo establecí unas directrices, y después hicieron lo que les pareció". Centra sus reproches en el alcalde en funciones, Jesús Otero, al que califica de ser uno de los "factores negativos" del Museo de Fontao "por su falta de mantenimiento" y por, también, la de contenido. Casal no solo critica el extravío de los mapas originales de Hilgen, sino que asegura que en otra ocasión salió de Fontao un armario que servía de archivo de las fichas de los trabajadores en las antiguas minas de wolframio. "Estos datos sirvieron para que muchas personas pudiesen cobrar su pensión. El archivo se fue en un camión y ofrecía además información sobre presos republicanos", que supusieron un notable porcentaje de mano de obra en las minas durante los años de la postguerra. En este punto, Beatriz Iglesias señala que es posible que el archivo perteneciese a la vivienda de los Cort, en las inmediaciones del poblado, y de ahí su devolución.
Por último, Casal se brinda a ceder documentos que custodia de César Cort al posible nuevo gobierno tripartito, "si existe interés de una vez" por el pasado minero que tuvo Vila de Cruces y si se garantiza una gestión correcta.
