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Juan Manuel Buján García: "En la labor social de atención a la gente no hay diferencia entre las distintas religiones"

"El franciscano no está especializado en un tema concreto, y siempre es alguien bien acogido en todas partes"

El hermano Buján posa delante del monumento a San Francisco en Compostela. // Xoán Álvarez

Fue nombrado el pasado 2 de mayo Ministro de los Franciscanos de la Provincia de Santiago de Compostela. La labor pastoral y evangelizadora del rodeirense Juan Manuel Buján esta provincia se desarrolla principalmente en Galicia, tanto en la Diócesis de Santiago como en las demás diócesis de la comunidad, además de en Salamanca y en las Misiones de Venezuela, Marruecos y Tierra Santa.

-¿Implica mucha responsabilidad su nuevo cargo eclesiástico?

-Dentro de la orden la responsabilidad es grande, y dentro de la provincia sobre todo. Hay que compaginar muchos campos diversos, muchas personas y naturalmente los trabajos que realizan. Tendré a partir de ahora a unos 85 franciscanos a mi cargo repartidos por Galicia, Salamanca, Venezuela, Roma, Tierra Santa y Marruecos. Dentro de lo que cabe, tendré que viajar bastante desde ahora. Y eso que hoy no apetece mucho ir a según qué sitios del mundo. No es lo mismo ser franciscano aquí que en Marruecos o en Tierra Santa.

-¿Ser franciscano es una forma de vida distinta a la de otras órdenes religiosas de la Iglesia?

-Es una forma especial y muy sencilla a la vez. San Francisco decía que su regla consistía en seguir el evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lo resume mucho, pero implica muchísimo porque ya sabes la dimensión que tienen los evangelios en todos los sentidos y en todos los campos. Entonces, el franciscano trata de vivirlo con sencillez, sin filosofar demasiado, y encarnando las virtudes de San Francisco como son la humildad, la obediencia y la fraternidad. Es la sintonía con todo y con todos.

-Tienen ustedes fama de ser una orden muy trabajadora, en el más amplio sentido de la palabra.

-El campo es muy grande porque hay formación intelectual, que es importante, la pastoral y la evangelización, donde hay gente implicada, y el aspecto social, con la asistencia a gente marginada. Por ejemplo, aquí en Galicia, tenemos tres albergues importantes en Pontevedra, Santiago y Coruña. También tenemos otro punto importante como es la atención al Camino de Santiago, donde acogemos a peregrinos. El franciscano no está especializado en un tema concreto, sino que lo abarca todo. Así como en tiempos pasados había mucha predicación por el mundo rural, hoy está un poco más centrado en otros asuntos porque el mundo cambia constantemente.

-¿Por qué se hizo franciscano?

-En la zona que soy yo había bastantes franciscanos y muchos coetáneos míos a la hora de estudiar fueron como yo al seminario, y después la vocación va surgiendo poco a poco hasta el final.

-¿Corren malos tiempos para las vocaciones religiosas hoy en día?

-Corren malos tiempos para las vocaciones religiosas e incluso para las vocaciones a la vida matrimonial. Hoy la gente, para acceder a la vida religiosa no va de niño pequeño. La gente lo hace con una formación y una edad muy importante a partir de los veintitantos años incluso con carrera.

-¿Hay familias con reticencia a contar con un religioso en su seno?

-Hay de todo, y algunas muy curiosas. Hay franciscanos que proceden de familias que ni son practicantes, ni nada por el estilo. Los padres esto lo comprenden también. Hoy la libertad es importante y como son vocaciones adultas son los que lo han elegido libremente.

-¿Nunca le tiró lo de irse a misiones por todo el mundo?

-No tuve la oportunidad de ir por ahí. Yo desde que terminé la carrera empecé en la enseñanza y ahí estuve siempre. El franciscano es siempre bien acogido. Marruecos es un país musulmán y allí el franciscano está presente porque son países donde no tienes la dimensión espiritual que hay en otras partes del planeta. De Marruecos me parece que no hay ninguna conversión, y llevamos allí desde el siglo XIII, pero estás presente y muy involucrado en la labor social de atención a la gente. Ahí sí que no hay diferencia entre las distintas religiosas. Todos son bienvenidos, como solía decir San Francisco. Hay países que son totalmente intransigentes con las religiones, y entre ella la católica, como pasa en China o en Siria, por ejemplo.

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