El Carnaval se despidió ayer de A Estrada a ritmo de tambores. Nueve comparsas desplegaron arte, fantasía, ironía y mucho ritmo por las calles de la villa en el desfile del Martes de Entroido que quedó aplazado el pasado 5 de marzo por la lluvia. En una jornada casi primaveral, las Anpas y parroquias participantes permitieron a los estradenses vivir una versión extendida de estas desenfadadas fiestas.

La comitiva carnavalesca partió de la calle Antón Losada Diéguez. Subió por la Rúa 56 y, tras atravesar la Praza de Galicia, bajó por la calle Calvo Sotelo hasta alcanzar la Praza da Feira, donde continuó la fiesta. Abriendo el desfile fueron los más pequeños. La Asociación de Nais e Pais de Alumnos (ANPA) del colegio Lourdes acudió con su Caixa de xoguetes, con muñecas Pepona, coches o entrañables cajas de música. Seguidamente, la ANPA de Figueiroa desplegó su Amaromar, con medusas, mariscadores o piratas. La asociación de O Foxo hizo lo propio con su EmocionArte, con personajes en clara alusión a genios como Gaudí, Dalí o mimos, entre otros muchos. Desde el colegio Manuel Villar Paramá llegó la comparsa As estacións y del Pérez Viondi un jardín que ya pudo lucir sus encantos el Martes de Carnaval.

Por su parte, la parroquia de Arnois desembarcó con su Aldea Pitufa, mientras que la de Riobó mostró todo un mundo de ensueño con su grupo Fantasía. Desde Guimarei se hizo un guiño a la actualidad municipal con una carroza y unos personajes que recrearon la obra de ampliación de la alameda municipal. La comparsa que cerró el desfile fue la de Callobre. Su nombre - Batu Callobre- y su banda sonora no dejaba lugar a la interpretación.

Completado el recorrido por la villa, todos los grupos se concentraron en la Praza da Feira, donde el Padre Xiao ofreció un nuevo responso carnavalesco y donde los muchos e improvisados tambores llegados de Callobre se encargaron de continuar la fiesta. Como dice la canción, que el ritmo no pare.