El programa "Todocosmos" acercará a Lalín este mes sendas exposiciones astronómicas comisariadas por el director del Observatorio Ramón María Aller de la Universidad de Santiago, José Ángel Docobo Durántez. Las dos muestras tienen como leitmotiv el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna y las recuperación del observatorio de Lalín y la puesta en marcha del situado en el campus compostelano. Docobo gestiona las muestras que se podrán ver en el vestíbulo del auditorio municipal y en el Museo Ramón Aller de la localidad.
-¿Por qué decidieron separar las exposiciones incluso llevándolas a lugares distintos de Lalín?
-Obviamente, se trata de motivos distintos. Por una parte, tenemos efectivamente en el año 69 la llegada del hombres a la Luna, de lo que se cumplen ahora 50 años, y es previsible que esta exposición nos la pidan en otros lugares también. Entendimos que ya que íbamos a hacer la otra con motivo del 75 aniversario del observatorio, y aprovechando también la conservación del observatorio de Lalín, pues decidimos hacerlas de manera simultánea pero en distintos lugares dentro del mismo Lalín.
-¿Queda por hacer para modernizar tanto el observatorio del campus compostelano como el situado en el casco urbano de Lalín?
-Queremos que la exposición verse sobre el 75 aniversario del observatorio, es decir desde que en cierto modo cuando el observatorio de Lalín en cierto modo se trasladó a Santiago de Compostela de la mano de Ramón María Aller. Lo que pretendemos contar en esta ambiciosa exposición son todos los esfuerzos que se han llevado a cabo en materia de investigación, de docencia, de divulgación, etcétera hasta llegar al nivel actual de un centro de referencia en el ámbito internacional en el campo de la astronomía. Al mismo tiempo, pues claro evidentemente no podíamos dejar ahí la cosa. Dado que el observatorio de Lalín, que fue el origen del que está ahora en Santiago, se ha recuperado hace ahora unos ocho año también queremos contar un poco cómo se gestó todo esa tarea de recuperación del centro lalinense, así como las observaciones que allí llevamos a cabo dentro del programa "Todocosmos" habitualmente, y de este modo llamar la atención no solamente a los vecinos de Lalín y su comarca, sino que pretendemos de que las dos exposiciones sean visitadas por gente de cuantas más partes mejor.
-¿Está el observatorio de Lalín en condiciones para seguir ofreciendo ese servicio del que habla?
-Nosotros en Lalín, tal como nació y como le transmití mi idea en su día al alcalde Crespo, fue levantar en él un centro divulgativo. No se pretendía tampoco crear un centro científico en pleno centro de la villa de Lalín, pero sí un estamento divulgativo porque hay que tener en cuenta de que aquel es un lugar emblemático. Es donde comenzó la investigación astronómica propiamente dicha en Galicia y, por lo tanto, debería de recuperarse como así fue realmente. Bueno, pues lo que hacemos dentro del programa "Todocosmos" son visitas periódicas de personas que se apuntan y que puede observar el cielo desde el centro de Lalín, algo que la gente muchas veces cree que no puede ser, que hay que marcharse a una montaña o por ahí lejos para hacerlo. Así fue un poco como surgió la cosa en sus inicios. Hoy en día, la gente que va al observatorio de Lalín se da cuenta de que puede ver numerosos objetos del Universo y que la astronomía urbana también es posible.
-¿Sigue manteniendo ese lugar de privilegio desde un casco urbano cada vez más poblado?
-A ver, cada cosa es para lo que es. Efectivamente, un observatorio a nivel profesional pues tiene que estar evidentemente en un lugar alejado de las luces de las ciudades y lo que es la contaminación lumínica de las urbes también es algo pernicioso. En este caso, los mayores deben saber que cerca de casa tienen la posibilidad de ver las estrellas.
