Rendida y con la voz quebrada por momentos. Así está Paula, sobrina de Julio Félix Fernández, desaparecido de su casa de Saídres desde el jueves. "Hasta la segunda noche manteníamos la confianza de encontrarlo con vida, pero desde el sábado, con la tromba de agua que cayó, las esperanzas van a menos". Ayer se retomaron los rastreos, por quinto día consecutivo y con menos vecinos que durante el fin de semana. De este modo, los grupos contaban con una media de cinco ó seis personas, en lugar de los 10 habituales. Además de volver a repasar cada rincón de Saídres, las búsquedas volvieron a peinar las zonas limítrofes, e incluso se extendieron a parroquias cruceñas de Piloño, Sabrexo, Merza y Fontao.

Al operativo de búsqueda se sumaron, ayer, efectivos de Protección Civil de Silleda, varios cazadores y dos grupos de bomberos forestales del distrito, amén de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local. De todos modos, Paula Fernández se hace eco del sentir de muchos familiares en cuanto a que el despliegue de medios no fue suficiente desde el primer día. "Toda la organización la hicimos desde la familia", recalca, admitiendo que el operativo de búsqueda coincidió con la festividad del Pilar y el fin de semana. En este tiempo, los vecinos se están volcando con la familia con la que residía el anciano en Saídres desde hace siete años, después de que falleciese el hermano con el que convivía en su casa natal en Cortegada. Pero también se hace necesario cribar los testimonios que aseguran ver al hombre, de 73 años, en distintas partes. La Guardia Civil, por si acaso, rastreó la zona de Breixa, donde un residente afirmaba verlo sobre las 19.00 horas del jueves, aunque nunca solía pasear por allí.

"Llevamos cinco días a ciegas, muy frustrados e impotentes, porque te levantas cada mañana pensando en que este día vamos a encontrarlos". Los repasos por aldeas y monte se realizaron a pie, en moto, a caballo e incluso utilizando drones. Ayer, los familiares pidieron a varios vecinos que vaciasen pozos de agua y de purín, para confirmar que el hombre no había caído en su interior. Tampoco ayuda que en estos cinco días no haya aparecido ninguna pertenencia del anciano, una prenda de ropa o algo que indique que pasó por el lugar. Desde un principio, la familia descarta que haya podido ser víctima de un secuestro.

Julio Félix Fernández había faltado en otro par de ocasiones de la casa en la que reside con su hermano y sus sobrinos, pero fue localizado casi de inmediato y en la segunda ocasión un vecino lo ayudó a regresar. Se le diagnosticó indicios de alzheimer hace poco más de un mes. En el momento de su desaparición llevaba pantalón vaquero azul oscuro, jersey verde oscuro y botas de goma.