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Las comarcas cierran el pasado año con un saldo migratorio positivo de 170 personas

Lalín se mantiene a la cabeza, mientras Silleda multiplica por tres sus buenos resultados y A Estrada sale de las cifras negativas -La fusión con Cotobade perjudica a Cerdedo

Asistentes a un curso de español para inmigrantes en la Casa da Cultura de Silleda. // Bernabé/Javier Lalín

EL IGE dio a conocer ayer los datos municipales sobre los movimientos migratorios del año pasado. En este análisis se tiene en cuenta tanto la emigración interna (ya sea hacia otros municipios de la comarca, hacia otros punto de la provincia o al resto de provincias de Galicia) como externa (a otras comunidades de España o al extranjero). Estas dos categorías se utilizan también a la hora de cuantificar las inmigraciones.

La diferencia entre las inmigraciones y las emigraciones es el saldo migratorio, que vuelve a ser positivo en Deza y Tabeirós, con 170 personas y gracias a los buenos resultados de Lalín, Silleda y A Estrada, puesto que en el resto de municipios las personas que se marcharon para rehacer su vida en otros ayuntamientos rebasan a las que decidieron instalarse en aquéllos.

Esas 170 personas que logran paliar la sangría de vecinos a otros enclaves fuera de las comarcas están muy por encima de las 13 de 2016. Esta tremenda mejoría se debe sobre todo a Silleda y a A Estrada. El concello trasdezano multiplica por tres su saldo migratorio positivo, al pasar de los 33 de 2016 a los 102 de 2017. Es una de las consecuencias de la intensa campaña de empadronamiento que aún está en vigor. En cuanto a A Estrada, si hace dos años cerraba el ejercicio con un saldo migratorio negativo (los emigrados superaban en 30 personas a los inmigrantes), ahora el resultado es positivo, con 64 vecinos que superan las bajas en el padrón. En cuanto a Lalín, sigue liderando con comodidad el saldo migratorio, con 153 puntos (en 2016 fueron 145). Si seguimos comparando el saldo migratorio de las comarcas en 2017 con el año precedente, está claro que a Cerdedo no le beneficia, al menos en este aspecto, la fusión con Cotobade: en 2016, aquel municipio cerró el saldo migratorio con un positivo de 9 personas, pero en 2017 pasa a ser negativo, de -68.

Es más, el saldo migratorio negativo de Cerdedo-Cotobade también es el más alto de las comarcas. En el concello vecino de Forcarei, la diferencia entre las bajas y las altas en el padrón es de -6 (en 2016 fue de -27) a favor de las bajas, mientras que en Deza, el saldo migratorio de Vila de Cruces es de -37 (-34), en Agolada, de -15 (bajó desde los -39), en Rodeiro, de -7 (también cae desde los -39), y en Dozón, de -16 (en 2016 era de -5).

Así, las cosas, por comarcas Deza mantiene un saldo migratorio positivo, de 180 personas, y el de Tabeirós-Montes también sale de los números negros y pasa a 58. Pero Cerdedo-Cotobade, que el IGE integra en la comarca de Pontevedra, rebaja las cifras, con su resultado negativo ya citado de -68.

Los datos del IGE permiten saber a dónde se trasladan los vecinos que se dan de baja en el padrón. En el caso dezano, de los 1.060 emigrantes del año pasado, 796 optaron por una emigración interna y, dentro de ésta, 412 lo hicieron para establecerse en otros enclaves de Pontevedra, mientras que los 384 restantes se decantaron por A Coruña, Ourense o Lugo. En cuanto a la emigración al resto de España o al extranjero, se dieron 264 casos, es decir, casi la tercera parte de los que decidieron emigrar pero dentro de la provincia. En Tabeirós-Montes, si miramos solo A Estrada y Forcarei, se mantiene la emigración interna frente a la externa, con 365 bajas por 140. Pero el arrastre es hacia otras provincias gallegas, en 184 casos. Los 181 restantes se movieron dentro de Pontevedra.

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