El conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Román Rodríguez, anunció ayer en el monasterio de Carboeiro que su departamento invertirá más de 360.000 euros para materializar un proyecto de rehabilitación integral en un conjunto patrimonial en el que no hubo ningún tipo de reparación desde el año 2006. Rodríguez visitó ayer el cenobio silledense junto la directora xeral de Patrimonio, María del Carmen Martínez, y los responsables del proyecto. Estuvieron acompañados por el alcalde, Manuel Cuíña; las concejalas de Turismo y Educación, Ana Luísa González Costa y Pilar Peón, respectivamente, y el portavoz del PP de Silleda, Ignacio Maril.

Rodríguez estuvo en Carboeiro justo un año después de aquella visita el 24 de agosto de 2017. Por entonces, anunció una intervención de urgencia por un importe de 224.000 euros y la posterior redacción de un plan director para determinar los usos y futuras inversiones. Pero esa hoja de ruta tuvo que modificarse conforme avanzaba el proyecto de intervención, "porque pareció más interesante hacer una intervención de más calado", en palabras del propio conselleiro. La obra cuenta así con 140.000 euros más de lo previsto en un inicio y sigue enmarcándose en el programa de actuaciones para conservar y poner en valor Bienes de Interés Cultural (Carboeiro lo es desde 1931) vinculados a las rutas jacobeas.

Así pues, las obras contemplan la limpieza y reparación de la cubierta de la iglesia así como la mejora de las ventanas de las torres, para evitar filtraciones de agua cuyas consecuencias ya pueden apreciarse en la cripta. Del mismo modo, se eliminará la vegetación presente en algunas partes de las fachadas y que deteriora la construcción. Los responsables del proyecto explicaron a los políticos la necesidad de reconstruir también el muro del claustro, de muy difícil acceso, así como de actuar en el muro de contención. El proyecto contempla, así mismo, una intervención "muy fuerte" en la fachada norte de la casa monacal, en la que también se rehabilitará su cubierta para solventar problemas de humedades. A mayores, se limpiaran los frescos del ábside.

"Es una intervención integral sobre lo que está construido, y permitirá que Carboeiro quede casi como nuevo", indicó el conselleiro lalinense. Román Rodríguez apuntó que las previsiones pasan por licitar las obras en lo que queda de año, de modo que puedan adjudicarse antes de que finalice 2018. Para comenzar con los trámites, es necesario "arreglar aspectos vinculados a la propiedad entre la Iglesia, la Diócesis y el Concello". Una vez que esté clara la titularidad de todos los inmuebles, "haremos un convenio a tres partes entre el Concello, la Diócesis y la Xunta para comenzar a licitar".

Los trabajos tienen un plazo de ejecución de cuatro meses y medio, de modo "que estará restaurado para el verano de 2019". Habrá que determinar si durante las obras es posible mantener el cenobio abierto al público. En varias de las intervenciones habrá que montar andamiajes, de modo que por seguridad quizá se prohiba el acceso a la iglesia mientras se realizan trabajos de mejora dentro, peor sí se podrá visitar la casa monacal, donde se realizan exposiciones a lo largo del año.

El conselleiro quiso recalcar que sí se mantiene la idea de un plan director. Una vez que se acometa esta intervención integral "queremos ver cómo evoluciona, y después haremos un documento o un proyecto sobre el nivel de usos o las inversiones en un futuro". Se trata de ver cómo responden estas actuaciones para diseñar "un plan de intervenciones posteriores y con más usos". El titular de Cultura tiene claro que "siempre es muy bueno saber qué tenemos que ir haciendo. Es imposible realizar una inversión única en un año para conservar y mejorar" un elemento patrimonial de estas características.

La intervención que ayer anunció la Xunta se suma a la que realizará el Concello de Silleda, mediante una ayuda económica de la Diputación, para poner a punto la senda botánica, localizada junto a la parte posterior de la iglesia. Mediante una inversión de 7.199 euros, Silleda cambiará los paneles que identifican cada especie de flora por unos más resistentes y colocará vallados junto a las aguas del Deza, que transcurre casi pegado al monasterio y en parte es responsable de la presencia de humedades. La senda botánica está abierta al público desde 2015 y completa, con la Ponte do Demo, los encantos de uno de los enclaves arquitectónicos más visitados de toda la provincia de Pontevedra.