Las gasolineras libres, que en Deza son la de A Bandeira y la de Camanzo, pueden ofrecer combustible más barato porque compran de forma directa en el mercado internacional y no se atan a ninguna gran petrolera. Pero la política internacional y los impuestos también les obligan a aplicar alzas en sus productos: en el caso de A Bandeira, el gasóleo estaba ayer a 11 céntimos más que el 9 de agosto del año pasado. La gasolina subió 9 céntimos. En cuanto a Camanzo, sube 16 céntimos en el gasóleo y 12 en la gasolina.

Las cooperativas son, como de costumbre, las de precios más competitivos, ya que no tienen que pagar personal que atienda a la clientela y no usan aditivos. Pero tampoco son ajenas a la escalada de precios: Aira (antes ICOS ) manifiesta un incremento de 14 céntimos en gasóleo, mientras que no hay datos del año pasado en gasolina 95 para hacer la comparativa. La gasolinera de Cobideza, que el año pasado aún no estaba en marcha, es la segunda estación más asequible.

La subida del combustible no solo afecta al bolsillo de particulares. Los transportistas se ven obligados a cubrir estos costes con una subida de sus servicios, que a medio plazo provocará que también sean más caros los productos que transportan, desde alimentos hasta ropa o libros, a las que se sumará el impacto del "dieselazo", el aumento del impuesto de circulación que anunció el gobierno estatal.