El pasado 1 de julio el alcalde de A Estrada, José López Campos, anunciaba un paso más en la deseada ampliación de la autovía AG-59 que une Santiago y A Estrada. Por el momento, este importante vial de conexión de alta velocidad del municipio con la capital gallega alcanza solo A Ramallosa, aunque la Xunta ya autorizó el proceso de expropiación para ampliarlo hasta Pontevea. Este proceso expropiatorio dio comienzo en los últimos días, ya que la firma Estudio Técnico Gallego ha comenzado a llamar de manera individual a los propietarios de todas las parcelas que se verán afectadas con la ampliación de este tramo.

Estas reuniones sirven para mantener un cara a cara con los vecinos, que deben aportar la documentación necesaria para acreditar su titularidad y detallar todo lo que tienen en esos terrenos. La firma responsable por su parte les informará sobre la zona que se verá afectada por las obras. Esto permitirá levantar un acta de expropiación. Sería el paso previo al acta de ocupación, en la que comenzaría a tratarse la compensación económica por los terrenos. Hasta que se produzca este levantamiento de actas previas y la consignación económica vinculada a este proceso la Xunta no emprendería la licitación de las obras propiamente dicha.

Cabe recordar que el decreto de utilidad pública aprobado por la administración gallega hace ya siete meses contemplaba la expropiación de 562 fincas. Esa es la cantidad necesaria para efectuar la prolongación de la autovía en el primero de los subtramos en que se dividió el trayecto entre A Ramallosa y A Estrada. Se trata de parcelas emplazadas en los términos municipales de Teo y A Estrada. La mayoría de ellas -un total de 490 predios- se corresponden con los bienes afectados por el proyecto constructivo del primer subtramo de prolongación de la autovía hasta A Estrada y las 72 restantes ya están vinculadas a la ejecución de un segundo trecho de la nueva infraestructura. Según los calculos efectuados previamente, las expropiaciones supondrán una inversión de dos millones de euros. El recorrido incluye un viaducto y cuatro pasos inferiores, además de las estructuras necesarias para ejecutar los enlaces previstos en A Ramallosa y con la carretera que une Pontevea y Ponte Ulla.

Construcción por tramos

La primera vez que se habló de afrontar esta obra por tramos fue en julio de 2012, en el mismo momento en el que se reconoció públicamente que la Xunta no se encontraba en condiciones de emprender, tras terminar el estudio informativo y aprobar el trazado definitivo, el trámite expropiatorio para dar continuidad a la autovía AG-59 hasta Santiago. El siguiente tramo discurriría, previsiblemente, entre Pontevea y O Rollo, en la parroquia de Santa Cristina de Vea, dejando ya la autovía a escasa distancia de la capital estradense, en las cercanías del polígono industrial. El tercer trayecto iría desde este enlace con la PO-841 hasta el Alto da Cruz, posibilitando la conexión de la autovía con la futura variante de A Estrada.