La reducción de la deuda viva experimentada por los concellos de ambas comarcas el último año ha sido espectacular, sobre todo por el tirón de Lalín, con un recorte superior al 60%. En general, todos los ayuntamientos han ido mermando su pasivo en los ejercicios más recientes. El endeudamiento comenzó a dispararse después del estallido de la crisis económica, a finales de la primera década del presente siglo, y alcanzó su máximo en 2013, con 16,7 millones de euros. Esto quiere decir que en cuatro ejercicios, la deuda viva global de la zona se ha reducido en torno al 61%.

La compra del Lalín Arena, con un crédito de 5 millones de euros, tuvo la culpa del repunte registrado en un 2013 en el que los demás ayuntamientos habían logrado reducir su debe, excepto Dozón, que lo había subido en 450 euros. Tanto fue así que el Concello de Lalín -tradicionalmente poco endeudado- llegó a duplicar su deuda viva durante ese curso y lo cerró por encima de los 8 millones de euros. También es cierto que las arcas locales tenían fuelle para asumir la operación y las amortizaciones fueron de 2,5 millones de euros en 2014, a las que siguieron 1,3 y 0,6 millones.