La desconvocatoria del encuentro que iba a celebrarse ayer entre placeros, miembros del gobierno local y el líder del PP, José Crespo, dinamita una nueva posibilidad de acuerdo inmediato para la reforma del Mercado de Abastos. Fue, en realidad, la gota que colmó el vaso, tras las críticas de los placeros a un acuerdo que presentaron los populares y en el que, aseguran, hay partes que no recogen "el espíritu" de las conversaciones mantenidas. Ayer Crespo se hacía eco del "sorprendente cambio de criterio de los placeros, inducido, sin ninguna duda, por las presiones mafiosas del gobierno local y, en especial, de Rafael Cuíña".

Crespo cuestiona incluso que el comunicado que emitieron anteayer los placeros, desmarcándose del acuerdo con el Partido Popular fuese elaborado por los comerciantes, una cuestión que desmiente la presidenta del colectivo, Vanessa Vidueiros. "La nota de prensa fue hecha por nosotros, en colaboración con la Federación de Prazas de Galicia", que cuenta con un gabinete de comunicación, indica.

El líder del PP mantuvo una reunión con los cinco placeros y, tras un acuerdo verbal, les leyó en una segunda cita un resumen por escrito, según manifestó ayer a una radio local. Los placeros, prosigue Crespo, propusieron añadir al documento que las obras de mejora se acometiesen con cargo al remanente de 2017, salvo en caso de que se consiguiesen fondos de otras administraciones. "Unas ayudas que hay que gestionar", apostilla. Tras este encuentro, se consensúa con el edil de Comercio, José Manuel Fernández, el cónclave a tres bandas, que termina desconvocado porque, según Crespo, "el gobierno no puede contarles mentiras a los placeros. Es una cobardía política".

El PP añade que "en todo momento" manifestó el mismo criterio desde el comienzo de esta polémica, y anticipa que intentará mantener la ejecución total de todos los puntos recogidos en ese acuerdo con los placeros, al entender que "es el mejor para el futuro de la Praza de Abastos".

Y si Crespo habla de presiones del gobierno frente a la transparencia del PP, desde el cuatripartito se le acusa de un "inadmisible engaño a los placeros". Para el ejecutivo local, se está viviendo una situación "escandalosa" y que además "sobrepasa de manera inadmisible los límites de la manipulación política", por lo que le urge al PP "que asuma de inmediato sus responsabilidades políticas ante la desautorización pública y notoria" que le hacen los placeros. Para el gobierno que lidera Rafael Cuíña, con esta actitud el principal partido de la oposición demuestra que "está jugando con la buena fe de los placeros, por intereses única y exclusivamente particulares". El gobierno insiste en que intentará atender las demandas de los comerciantes "en el menor plazo de tiempo posible".

Oposición "destructiva"

El PSOE, integrado en el gobierno local, ha querido también mostrar su repulsa al "engaño de Crespo a los placeros". Los socialistas consideran que el exalcalde sigue practicando "una oposición destructiva que lo único que persigue es ponerle freno al progreso de Lalín". A pesar de que Crespo insiste en que los cinco placeros firmaron de forma voluntaria y tras añadir sus propuestas sobre los remanentes, desde las filas socialistas se recalca que "en un deleznable y burdo intento de engaño, les hizo firmar a los placeros cosas distintas a las que había hablado con ellos, y encima les da plena publicidad, para usarlos como meros instrumentos, jugando de este modo con el trabajo, la dignidad y la vida de estos trabajadores".

Con esta polémica, el PSOE cree que José Crespo "continúa en su senda de oposición destructiva en la que su gran meta pasa por poner, de forma permanente e incesante, impedimento, y deshacer todas las cosas que resultan positivas para el pueblo de Lalín". Añade que el voto en contra de la reforma, en el último pleno, solo tuvo como motivos "una actitud caprichosa, arbitraria y revanchista".