Las trampas que distribuye Medio Rural son similares a la trampa casera que difundieron los propios apicultores el año pasado: en una botella de plástico vacía, se recorta la parte superior y se coloca a modo de embudo. En la botella se deposita atrayente y se le coloca, mediante un alambre y una tapa, una especie de tejado para evitar que entre agua. La velutina cae en el líquido y es incapaz de salir. Este método, tan fácil como efectivo, cuenta con una alternativa: las trampas eléctricas que pueden montarse en casa siguiendo las instrucciones en la web de la Asociación Galega de Apicultura. El arpa eléctrica debe colocarse cerca de las colmenas y puede alimentarse de corriente o de placas solares. El arpa aturde a las velutinas, que caen sobre un recipiente de agua que hay que colocar bajo la trampa.