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Las tormentas de la primavera aseguran el servicio

Los concellos afrontan la llegada del verano con el abastecimiento de agua garantizado

En Lalín y Vila de Cruces, Espina y Delfín apunta que el suministro no tiene por qué presentar problemas hasta agosto -En Silleda los recursos son óptimos y en los municipios pequeños se descartan hacer bombeos

Riada en la Praza da Igrexa, durante la tormenta del pasado 24 de mayo. // Bernabé/Ana Agra

Si el año pasado a estas alturas los concellos dezanos ya aplicaban algunas medidas de restricción en el uso del agua debido a un invierno y una primavera inusualmente secos, a día de hoy el suministro está más que asegurado gracias a las lluvias, en algunos casos torrenciales, que se produjeron desde prácticamente finales de diciembre. Aunque no se utiliza para abastecimiento de agua sino para electricidad, el pantano de Portodemouros, en el río Ulla, es un buen ejemplo para ver hasta qué punto los aguaceros han dejado mella: la presa se encuentra al 95,2% de su capacidad, con 283 Hectómetros cúbicos (Hm3). El año pasado, por estas mismas fechas, la realidad era muy diferente, con 197 Hm3, es decir, al 66,3% de su capacidad total.

Pero hablemos de las reservas de agua. La empresa Espina y Delfín, preguntada por el abastecimiento de Lalín y Vila de Cruces, señala que "no habrá problemas ni en junio ni en julio. A partir de ahí, todo depende de la meteorología: del volumen de las precipitaciones y de las elevadas temperaturas" pero a día de hoy, el nivel de reservas es bueno en los dos ayuntamientos.

El casco urbano de Lalín dispone de una captación en Catasós y otra en el Asneiro, en Botos. Ya en el rural, el cuatripartito contempla, durante este año, obras para ampliar y mejorar las traídas de Bustelo (en Lebozán); Anzo, Palmou, Madriñán y el núcleo de Gondoriz, en Vilatuxe. En cuanto a Vila de Cruces, el municipio está a la espera de que Augas de Galicia materialice el proyecto de abastecimiento para Obra, Camanzo, Bascuas, Salgueiros e Insua, mediante un bombeo en Ollares. Desde el gobierno de Jesús Otero se demanda que se solventen los problemas que padecen, cada vez que hay sequía, los vecinos de Brandariz, Añobre y Gres.

En cuanto a Silleda, desde el gobierno local se indica que el verano se afrontará "sin ningún tipo de problemas" en cuanto a reservas de agua en las traídas municipales de los dos cascos urbanos, ya que los recursos hídricos se encuentran en un nivel óptimo. Eso sí, la tremenda sequía del año pasado incrementó de forma notable las solicitudes de enganche a las redes de suministro tanto municipales como vecinales.

Agolada, con 3 manantiales

En cuanto a los municipios más pequeños, el casco urbano de Agolada dispone ahora mismo de tres manantiales, con lo que no es preciso bombear agua desde el Arnego. El casco, como indica el alcalde Ramiro Varela, cuenta con otra estación, a modo de reserva, en Ferreiroa. El año pasado pudo capear la sequía "modificando con piedras el azud en la acometida, para crear una especie de estanque" en la acometida de Ponte Vilariño. Hubo, también, que colocar varios bandos recomendando a los vecinos que no usasen el agua de la traída para labores de riego.

En el concello vecino de Rodeiro los dos manantiales de Areosa garantizan el abastecimiento hasta bien entrado el verano, como señala el edil de Obras e Servizos Básicos, Rubén Quintá. Si los manantiales van a menos, Camba dispone de una captación de reserva en el río Arnego, que permite meter hasta 30.000 litros por hora.

En cuanto a Dozón, el casco urbano de O Castro se sirve de dos tanques para su abastecimiento. Por el momento, se descartan las restricciones de agua en estos primeros meses del verano, pero el año pasado numerosos vecinos, sobre todo de las parroquias de la zona rural, tuvieron que hacer nuevos pozos o ampliar su profundidad para capear la falta de agua.

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