El Concello de Silleda realizará tareas de limpieza en la senda botánica del monasterio de Carboeiro, así como en el entorno del cenobio y de la Fervenza do Toxa, en el mes de mayo. La concejala de Cultura, Ana Luisa González Costa, apunta que ya abordó esta cuestión con su homólogo de Medio Ambiente, Klaus Brey, para poner a punto estos dos enclaves en primavera, la época en la que reciben más visitantes. La edil señala que, debido a las lluvias de las últimas semanas, si se acometiesen ahora estos trabajos de limpieza, la maleza volvería a estar igual dentro de un par de meses.
Donde no se puede intervenir es en los letreros que identifican cada árbol de la senda botánica. Se señalizaron en 2015, dentro del proyecto Auga e Pedra, que subvencionó con 24.000 euros la Dirección Xeral de Conservación da Natureza. Al tratarse de una intervención acometida con una ayuda oficial, no deben acometerse reformas durante un plazo de cinco años, de modo que esta cartelería no podrá mudarse al menos hasta el año 2020. González Costa reconoce que estos letreros brillan demasiado y que en las horas de más luz natural cuesta leer lo que contienen, algo que también ocurre con los que identifican algunos petroglifos del municipio.
Por lo demás, el municipio no puede intervenir motu propio en la fachada del monasterio para retirar musgo, verdín y alguna que otra rama que crece junto a las torres. Ésta será alguna de las intervenciones que contempla la Consellería de Cultura, al margen del Plan Director. Este documento, que evaluará el estado del conjunto así como sus posibles usos, se basará en un proyecto para el que la empresa ya se desplazó a finales del año pasado de cara a elaborar un presupuesto económico, como indica la concejala. González Costa pide "un margen de espera" para que la administración autonómica pueda cumplir con todos los trámites, y apunta además que estos tampoco son los meses más idóneos para trabajar a la intemperie, en relación a la limpieza de la fachada.
El monasterio de Carboeiro no puede disponer de luz, porque no lo permiten ni Patrimonio ni Augas de Galicia, por el impacto que supondría el suministro sobre el cenobio y su entorno. De ahí que los horarios de visita vayan cambiando a lo largo del año para amoldarse a las horas de luz natural. González Costa se limita a señalar que la próxima semana "habrá una sorpresa" sobre esta cuestión, a raíz de un trabajo. Prefiere no adelantar más detalles sobre el enclave más visitado de la comarca.
