La organización de la Feira do Cocido es otro de los frentes que tienen abiertos ejecutivo y PP. Mientras el gobierno valora positivamente tanto el día grande como los actos paralelos, los populares discrepan de un modelo que, en palabras de José Crespo adolece de la dimensión que tenía en otras épocas, además de entender que las bodas de oro merecían que se echase toda la carne en el asador. Lo que para el cuatripartito supone que el Cocido vuelva a ser una fiesta "del pueblo" para los populares es un formato "hiperlocalista". Crespo remarca que la fiesta debe estar pensada para traspasar fronteras desde el ámbito local y no al revés. "Hicieron una fiesta para los de Lalín, era una edición para echar la casa por la ventana y ni se hizo el esfuerzo para traer a los grandes medios de comunicación", dijo, en alusión a otras ediciones en las que las principales cadenas de televisión "nacionales y gallegas" no fallaban a su cita con el día grande. En una emisora de radio local, Crespo Iglesias insistió en que las críticas de su partido a la organización van dirigidas al gobierno, sobre todo cuando realiza un balance triunfalista y sin la más mínima autocrítica. Cuestionó, por ejemplo, que en semanas previas se organice una exhibición con cocineros locales en la Praza da Igrexa, cuando este evento, dijo, pudo haberse planteado en Madrid, además de criticar la ausencia del Cocido en Fitur.

Cuiña, por su parte, afeó al PP por no acudir a la comida oficial solidaria o negarse a formar parte del premio Aldea Singular. "El Cocido goza de excelente salud, pese a que algunos intentaron boicotearlo", dijo. Por otra parte, admitió que no le gustó ver en el palco en el pregón a miembros de su partido a nivel autonómico, pero ahora, ya no hay palco de autoridades y el desfile se sigue a pie de calle.