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El último ultramarinos de A Cacharela

Los hosteleros de Lalín rendirán homenaje el día 29 al matrimonio formado por Antonio Rodríguez García y Virginia López Bertolo, fundadores del desaparecido Bar Belelle

Fachada del bajo donde estuvo el Bar Belelle. // Bernabé/Javier Lalín

En 1957 el matrimonio formado por Antonio Rodríguez García y Virginia López Bertolo decidieron buscarse la vida en el barrio lalinense de A Cacharela. El matrimonio de Belelle abrieron un negocio en un bajo al que le pusieron de nombre su lugar de procedencia. "Se cerró en 1985, y ahora es una vivienda que tenemos en propiedad, donde hay una cocina como cuando funcionaba como bar", recuerda Andrés Rodríguez, hijo de la pareja fallecida a la que los hosteleros de Lalín rendirán homenaje con motivo de la fiesta de Santa Marta. Andrés enfatiza el carácter dual del establecimiento porque "además de bar, también era un ultramarinos, una especie de supermercado con un horario excepcional porque empezábamos a las seis de la mañana repartiendo bocadillos para los que trabajan en las obras, después teníamos de una a tres bastante trajín sirviendo cafés y desayunos, y cuando acababa todo cerrábamos, así que las tardes siempre eran bastante llevaderas".

Tanto Andrés como su hermana Leonor echaban una mano a sus padres en el negocio cuando eran jóvenes "pero después no seguimos porque cuando se cerró yo ya era funcionario, y mi hermana era todavía muy joven", explica el hijo varón del matrimonio homenajeado. "Se cerró porque mi padre ya estaba muy enfermo, y mi madre no podía seguir sola porque estaba agotada después de tantos años trabajando en el local", asegura el hijo de la pareja, que guarda como oro en paño algunas de las instantáneas de los años dorados del bar y colmado de sus padres.

Os Camándolas

El Bar Belelle fue durante casi 30 años uno de los centros sociales del barrio de A Cacharela, como lo atestigua el hijo de sus dueños. "En el año 1983, montaron una peña que se llamó Os Camándolas con motivo de las fiestas de San Juan, que fue cuando se compró la estatua y todo aquello", indica Andrés Rodríguez. Durante esa época en el popular ultramarinos lalinense fueron muchas las reuniones de amigos y conocidos que quisieron formar parte de una peña que con el paso del tiempo se hizo muy conocida. Además, también se organizaron "partidos de fútbol entre solteros y casados en los terrenos donde ahora está el IES Laxeiro", explica Andrés. Su padre, Antonio, hacía las veces de masajista de los futbolistas que disputaban los encuentros, valiéndose "de aguardiente mezclada con otras cosas", que era lo que usaba para reanimar a los jugadores, algo muy apreciado por parte de todos los que se anotaban para la disputa de los encuentros.

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