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Ellas también saben arriesgar

Empresarias Galicia recala en Lalín con las experiencias de Carmen Canda, que incide en la dificultad de conciliación, y de Katuxa Platero, que alude al dominio masculino en la joyería

Carmen Canda y Katuxa Platero (a la derecha, en primera fila), durante la presentación del colectivo de empresarias. // Bernabé/Javier Lalín

La Asociación Empresarias Galicia dio sus primeros pasos en enero del año pasado en Vigo, y desde entonces ya ha realizado más de 80 actividades, localizadas sobre todo en la ciudad olívica y en Pontevedra. La entidad que preside Susana Pérez organiza talleres formativos, desayunos y el Salón Empresarias Galicia. Ayer, parte de su directiva recaló en Lalín para darse a conocer y de paso poner de relieve las dificultades a las que se enfrentan las emprendedoras de la zona centro de la comunidad gallega.

Sean del kilómetro cero de Galicia o de cualquier otra parte, las mujeres se enfrentan en el mundo laboral siempre a los mismos problemas: la brecha salarial en comparación con los hombres, las dificultades para conciliar y los problemas para acceder a puestos de poder o para ser jefas de sí mismas en un mundo en el que el trabajo todavía piensa en masculino. Así lo explicó Carmen Canda, una de las dos ponentes en el encuentro en el Casino de Lalín. Canda, que durante 25 años estuvo vinculada al sindicato agrario Xóvenes Agricultores, es la responsable, junto a un compañero, de la gestoría Xeruga. De sus tiempos de lucha directa por los derechos de la mujer, recuerda como un gran logro la cotitularidad de las explotaciones ganaderas, pero añade que hay otras metas que todavía no se alcanzaron, como la conciliación de la vida laboral en el campo y la familia. "Los niños del rural no tienen las mismas oportunidades que los del ámbito urbano, o van con sus padres al campo o se quedan a jugar en la era con los abuelos". Admite, por un lado, que las mujeres con empresas agroganaderas disponen de plataformas on line para vender sus productos pero que, por otro, precisan de cursos y actividades formativas "para salir de la rutina, porque el trabajo en el rural no entiende de turnos, dura las 24 horas del día".

Y si el sector agroganadero aún tiene deberes pendientes a la hora de visibilizar a la mujer, en el mundo del diseño de joyas ocurre otro tanto. Katuxa Platero lleva en este sector 11 años. Como relataba ayer, decidió abandonar su carrera universitaria y dedicarse a la artesanía. Se formó en la Escola de Artes de Santiago y más tarde en Oporto. Tras abrir tienda en la Rúa dos Bautizados, en Compostela, su red de clientes fue ampliándose hasta el punto de que cubre pedidos para Estados Unidos, Suíza, Alemania o Italia. A diferencia de muchos compañeros de profesión, optó por quedarse en Galicia, en lugar de mudarse a Madrid o Barcelona. "Galicia es un país de diseñadores de joyas, pero esto no se sabe", apostilla. En su caso, para hacerse un nombre a escala internacional tuvo que luchar contra dos estereotipos: el ser joven y el ser mujer. "Me decían que, como mucho, tendría una tienda con cuatro cosas". Y quien dijo esto, se equivocó: a su ya dilatada lista de premios acaba de sumar el Madrid Joya Designers 2017, por su colección En el jardín.

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