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"Estaba de espaldas y sentí un golpe muy fuerte. A partir de ahí ya no recuerdo mucho más"

El policía local de A Estrada Santiago Campos se recupera de las heridas que recibió durante el pasado temporal -El impacto de varias uralitas le dañó dos vértebras y le rompió varias costillas

Dos policías locales de A Estrada, en el lugar en el que Campos recibió el impacto de las uralitas. // L.D.

El policía local de A Estrada Santiago Campos y su compañero llevaban una noche de locos. Era la primera del anunciado temporal de viento y lluvia que iba a azotar Galicia y, tal y como esperaban, no habían parado ni un momento. "Pasamos toda la noche de aquí para allá. Tuvimos desde un escape de gas a uralitas que caían de las fachas de los edificios. Era un desbarajuste total, hasta que nos avisaron de que caía parte de una fachada en Figueiroa y había daños en las casas de enfrente y en los coches de la zona", explica el agente local. Esa llamada terminaría con él en el hospital de Santiago. El impacto de varias uralitas desprendidas le rompió dos costillas pero además sufre un desplazamiento y fisuras en dos vértebras.

Campos se sometía en la mañana de ayer a nuevas pruebas para conocer el alcance exacto de sus heridas. Por el momento el dolor le impide realizar una vida normal e incluso dormir se convierte en un duro ejercicio de resistencia. El policía local reconoce que accidentes así forman parte de lo que implica su profesión, aunque lamenta su mala suerte en un fatídico momento. "Cuando llegamos allí vimos que había muchos daños en coches y casas. Mi compañero estaba avisando a los vecinos y hablando con uno de nuestros compañeros, que vive en la zona. Yo comencé a tomar los datos de los vehículos aparcados y que tenían daños. Estaba de espaldas y sentí un golpe muy fuerte. A partir de ahí ya no recuerdo mucho más. Me quedé un poco ido", relata.

Su compañero, quien acudió en su ayuda ante la lluvia de uralitas que se le vinieron encima, le contó después que tres de estas piezas desprendidas aterrizaron son él. Tras meterlo en un portal, llamaron a la ambulancia pero ninguna estaba disponible en una noche de locos. Fue su compañero el que acudió directamente al ambulatorio de A Estrada para llevar un médico al lugar. "Recuerdo que los vecinos se portaron muy bien conmigo. Estaban conmigo allí esperando", explica un Campos que poco a poco fue recuperando la consciencia plena y dándose cuenta de todo lo que había pasado. Al final fue trasladado de urgencia al hospital.

En los últimos días un vídeo de móvil grabado desde una casa cercana recorre A Estrada. El propio Campos lo tiene. En él se puede apreciar la virulencia con la que las uralitas comenzaron a desprenderse del lateral del edificio. "No se me ve bien pero allí tirado estoy yo y se ve a mi compañero como viene a ayudarme", afirma. "Aquello fue una locura. Incluso había coches con chapas de uralitas clavadas", añade. Superado el susto, su objetivo es ahora luchar contras las secuelas que le quedaron.

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