Los desencuentros por el pozo de purín de Vis vuelven a saltar a la palestra. Julio Fernández asegura que el cierre que levanta el propietario de la finca donde se ubicaba la fosa guarda exactamente las mismas dimensiones que ésta, de modo que vuelve a invadirse la vía pública y una parte de su finca, con lo que de nuevo, igual que en 1999, se recae en la ilegalidad.
Es más, Fernández cuestiona si en agosto pasado se acató como era debido la sentencia del TSXG, que se limitaba a ordenar que se repusiese la legalidad y se derribase el pozo, pero sin indicar qué medidas exactas son las que conlleva esa legalidad. Tampoco se hizo en su momento un informe policial que aportarse, con cifras, cuántos metros se habían derribado y cuántos debían demolerse. Existen, además, opiniones encontradas sobre la ejecución de esa sentencia, porque se eliminó el pozo, pero no su base, ni tampoco una parte del muro que se considera integrante de la construcción ilegal.
Las obras para el cierre -con estacas de dos metros de alto y alambre- tienen una autorización previa del Concello para obras menores. Fernández y Rey tienen otros dos pleitos abiertos, uno sobre una permuta de un camino con el Concello y otro sobre lindes de fincas.
