Cuando la razón asiste, los apoyos no deben faltar. Tal vez por eso, la parroquia estradense de Sabucedo logró recabar ayer, en un solo día, 300 firmas de apoyo a la Rapa das Bestas y de repulsa al goteo incesante de reses muertas en los montes por obra y gracia de quien las acuchilla o las mata a tiros sin piedad. El recuerdo de los caballos "asesinados" -los vecinos utilizan este término porque, diga lo que diga la Real Academia Española, para ellos las reses equinas son seres "muy queridos"- tiñó ayer de luto la celebración del día de "Muiñada, Magosto e Samaín" (MUSA) de la parroquia.

Las fuerzas políticas locales refrendaron con su presencia el acto en el que el aloitador Michel Touriño leyó el manifiesto publicado hace días por FARO lamentando las acciones de "gente sin escrúpulos" que se dedican a "matar la libertad", de tal manera que desde 2008 los caballos salvajes que habitan los montes que circundan Sabucedo sufrieron un feroz "acoso" que acabó con la vida de una treintena de reses equinas. Touriño y la Rapa por extensión destacaron el valor ecológico importantísimo de la cabaña de O Santo y se refirieron al trabajo que la asociación realiza todo el año. Cuando sus reses causan daños -como puede ocurrir tras un verano seco, como el pasado, que les deja sin pastos- nada más tiene constancia de que su yeguada está causando daños, los integrantes de Rapa das Bestas van a retirarla. Pero, subrayó Touriño, algún "desalmado" no le brindó a los dos últimos caballos acuchillados tal posibilidad.

Por lo demás, Sabucedo celebró ayer su MUSA con una gran éxito de participación. Unas 80 personas se dieron cita en la parroquia para realizar una de las dos variantes de su ruta. Ambas partieron del curro nuevo pero luego se separaron y mientras que la corta concluyó tras una caminata de 3,5 kilómetros, la otra lo hizo tras un trazado de 10. Entre los senderistas estaban los Irmandinhos A Estrada y también miembros de la Asociación do Camiño Portugués. Tras la caminata y el manifiesto, llegaron la comida popular junto a O Muiño do Regueiro, la música y talleres como los de filloas o elaboración de pan que impartieron vecinas de Sabucedo o el de calabazas que ofreció el forcaricense José González Picón. Fueron el preludio de su Procesión da Santa Compaña y de su Noite de Samaín.