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Pablo Galego Estévez: "Lo bonito de nuestro trabajo es haber hecho las cosas bien, aunque no te lo reconozcan"

"Nos vimos abrumados. La gente nos paraba por la calle para decirnos que éramos los héroes de Puerto Rico"

Pablo Galego (derecha) y su compañero Félix García posan en San Juan con sus diplomas de Bomberos Honorarios de Puerto Rico.

El martes pasado un militar con familia en Agolada, Pablo Galego Estévez, y su amigo, Félix García Cid, policía nacional y también gallego, alcanzaron la categoría de héroes nacionales de Puerto Rico mientras pasaban unos días de vacaciones en San Juan, su capital. Galego y García socorrieron y evacuaron a los inquilinos de un edificio en llamas, lo que les le valió el título de Bomberos Honorarios de Puerto Rico, que les fue entregado el miércoles 13 de julio en un acto presidido por Ángel Crespo, jefe de los Bomberos de Puerto Rico.

-¿Cómo recuerda el incidente sucedido en Puerto Rico?

-Fue un poquito raro todo. Era nuestro último día de vacaciones y veníamos de hacer paracaidismo, llegamos al hotel con la intención de acostarnos pronto para aprovechar el último día e ir de compras. De repente, empezamos a oler a quemado, salimos y ya empezamos a escuchar los gritos de la gente. Vimos la escena, y a ciegas, nos metimos. Dimos una patada a la puerta, entramos corriendo preguntando a gritos si había alguien, y nos encontramos con un señor mayor que estaba paralizado y aturdido. Parecía que le echaba a alguien la culpa del incendio, pero estaba totalmente ido. No quería salir de la casa, lo agarramos y hubo un momento en que todo fue un caos porque son casas antiguas con todo enrejado y cerrado a cal y canto.

-¿En algún momento se vieron con problemas para salir con éxito de un siniestro como ese?

-En principio, son cosas que haces sin pensarlas demasiado. En el momento que salimos y que vimos que el fuego plantó por el techo tras reventar la puerta de la cocina, pensamos que la cosas se ponía realmente fea. Pudimos sacar al señor mayor, acompañamos a otro que salía por un lateral de la casa con la espalda muy quemada y poco después el edificio empezó a derrumbarse. La casa se vino abajo por entero y las llamas alcanzaron la altura de un tercer piso. Nosotros estábamos histéricos porque en el hotel de al lado vimos a unos chicos que salieron y volvieron a entrar, pero afortunadamente saltaron por un patio trasero que no sabíamos que existía. Llegaron los bomberos y todo se quedó en un tremendo susto. Todos los que trabajamos en esto, como los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, bomberos, emergencias y demás, lo único que nos interesa es poder ayudar a la gente, como así fue.

-¿El incidente trastocó mucho los planes de vacaciones?

-No, porque las estábamos terminando ya. Era nuestro último día y pensábamos ir a cuatro sitios que nos quedaban por ver. Lo que pasa es que nos vimos absorbidos por el eco mediático que sucedió allí. Nos recibió el jefe de bomberos, que a su vez es el responsable de emergencias de todo Puerto Rico, nos felicitó y nos dio un diploma. También nos felicitó el jefe de la cancillería española en San Juan, y por la tarde nos recibió el equivalente a nuestro director general de la policía, que nos impuso una condecoración. La verdad es que nos vimos muy abrumados porque todos los medios de comunicación del país nos querían entrevistar. Incluso la gente nos paraba por la calle para decirnos que éramos los héroes de Puerto Rico.

-¿Era la primera vez que visitaban San Juan de Puerto Rico?

-Sí. Desde luego, nunca olvidaremos el país y la experiencia vivida. Además, tengo que reconocer que nos encantó Puerto Rico. Es un país realmente bonito, y la gente encantadora. Desde el primer momento, nos acogieron de una manera muy cariñosa.

-¿Satisface que te reconozcan el haber salvado vidas?

-Realmente no hicimos nada extraordinario con lo que es nuestro trabajo. Personalmente, éste no fue el peor incidente de mi vida profesional. Es algo diferente porque sucedió en vacaciones y por cómo se produjo. Lo bonito del trabajo, aunque no te lo reconozcan, es haber hecho las cosas bien. Siempre es reconfortante que alguien lo reconozca. Allí fue hasta excesivo porque el cariño institucional y de la gente que recibimos en Puerto Rico fue algo muy grande, y no tiene nada que ver con lo que pasa aquí.

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