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La primera campaña lechera sin cuotas termina con 200 granjas menos en Galicia

Los sindicatos recriminan a los gobiernos la falta de un plan de gestión -Inciden en la necesidad de apostar por los productos derivados y por una industria de transformación

Vacas de una explotación ganadera de leche de Cortegada, en Silleda. // Bernabé/Gutier

A punto de cerrarse la primera temporada lechera sin cuotas después de 30 años, ésta deja tras de sí un balance de casi 200 explotaciones menos a nivel gallego, según hace constar el secretario comarcal de Unións Agrarias, Román Santalla. Para este sindicalista, se trata de un año "trágico y que desbordó todas las expectativas en cuanto a los peores presagios". Y es que a la caída de precios -desde marzo del año pasado la media gallega del litro de leche cruda nunca superó los 30 céntimos- hay que sumarle un incremento de la producción que ahora tiene problemas para recolocarse y, también, la deslocalización de esa producción. Al menos, los costes de producción no subieron, pero se sitúan en los 34 céntimos por litro.

En esta primera temporada sin cuotas "es cuando más leche se produjo en la historia", indica el secretario general de Asaja Galicia, Francisco Bello. La liberalización del mercado pudo favorecer a Alemania o a Holanda, que pretenden vender excedentes en España -que sigue siendo deficitaria-, pero no a nuestro país, puesto que comunidades como la gallega, que produce un tercio del total nacional, no cuenta con una industria de transformación lo suficientemente fuerte para competir con otras naciones y así asentarse en el panorama internacional. Para Santalla, está claro que el sector lechero "no puede ser completamente libre. Hay que pensar que la leche genera muchísimo empleo en otros ámbitos como transportes y servicios, y que en comarcas como la dezana es la que gestiona la economía", añade.

Por eso, el secretario comarcal de Unións echa en falta en esta primera campaña sin cuotas un plan de gestión de la crisis capitaneado por la administración, "porque tanto la Comisión Europea como los distintos gobiernos tenían que pensar que se trata de un sector económico distinto, que gestiona mucho territorio y que se asienta también en zonas desfavorecidas". Para Francisco Bello, de la misma manera que se activó el llamado "aterrizaje suave" con el no pago de la supertasa, tenía que haberse diseñado un "despegue suave para que el crecimiento de producción no fuese tan grande" y no forzase la debacle de los precios. Bello acusa a las diferentes administraciones de no ver las consecuencias que el veto ruso y la caída de la demanda de leche iba a provocar sobre el sector. De cara a los próximos meses, Francisco Bello recomienda que se contenga la producción, y que se promuevan medidas como reducciones de producción incentivadas.

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