El temporal de lluvia y viento que azotó la comarca durante los primeros días de enero no solo se cebó con el muro perimetral del monasterio de Camanzo. En la misma parroquia, los aguaceros provocaron un arrastre de tierras y hojas que atascaron las cuatro rejillas de la capilla de As Mercedes. El agua se coló en el pequeño templo, alcanzado hasta 70 centímetros de altura. Afectó a los bancos y también a la mantelería de los altares y a las alfombras que se habían recogido sobre la bancada. En los últimos días los vecinos se afanaron en limpiar los restos de agua y barro que habían quedado sobre el suelo y sobre estos elementos ornamentales, para que la capilla volviese a lucir su estado original. También se desatascaron las rejillas para evitar nuevas inundaciones. La capilla de As Mercedes suele utilizarse con frecuencia ya que además de oficiar misas también es frecuente que acoja bautizos y bodas.