No solo los hallazgos y excavaciones fueron protagonistas a lo largo del pasado año sino que también hubo que constatar algunas alertas por posibles alteraciones del patrimonio prehistórico. Una denuncia ante Patrimonio alertaba de posibles daños al Castro de Cortegada, en Silleda, por parte de las obras realizadas por el Concello para mejorar los accesos a la iglesia parroquial. Tras nueve meses paradas y varias inspecciones por parte de Patrimonio en el lugar, las obras se reanudaban el pasado mes de noviembre tras remitirse un estudio de control arqueológico tras haberse iniciado sin autorización de Patrimonio.
También en Goiás (Lalín) el traslado de la conocida como Mámoa de Campo de Mato ponía sobre aviso ante posibles alteraciones. En este caso, el cambio de ubicación dejaba al descubierto nuevos grabados y cazoletas en la cara oculta de la losa que la convertirían en una pieza más singular. En este caso el desconocimiento de los actuales propietarios fue el motivo del cambio que una vez alertados ofrecieron facilidades para su conservación.
