Victor Manuel Vilariño conoció la Banda de Música de Vilatuxe en plena adolescencia, tocando en ella junto a Jaime González. Enamorado de las partituras, es su director desde el año 2010.
-Empieza a los 10 años tocando la trompeta con Bernardo Hermida. Con lo que la música le atrae desde bien pequeño.
-Sí, mi padre tocaba la trompeta así que para mi la trompeta era un medio más de juego. Posteriormente, empecé con ella más en serio, en la Escola de Música da Unión Musical de Pontedeledesma con una línea más pedagógica. Luego a los 15 tengo la suerte de entrar en el Conservatorio de Música (de Santiago de Compostela), que me ayudó a orientar mi carrera.
-La culpa es entonces de su padre, ¿sigue tocando la trompeta? ¿Y usted toca algún instrumento más?
-(ríe) Algo así, ahora toca la tuba. Y yo algo el piano, muy poco, soy todavía muy amateur. La verdad es que ya nací con la trompeta, es como la casa misma.
-Doble hogar pues. Además ha tenido profesores de caché como Javier Simo, trompeta solista de la Real Filharmonía de Galicia.
-Tuve la suerte de que la Filharmonía me cogiese becado por tres años y después del máster pude estar de practicante.
-La Real Filharmonía de Galicia goza de muy buena críticas, ¿qué opinión le recibe su labor formativa junto a la Orquesta Sinfónica de Galicia, en la que también estudió?
-Tienen una gran actividad pedagógica y una importante cantera de músicos de cuerda y viento, se trata de una muy buena iniciativa. De hecho, habitualmente colaboro con ellas.
-¿ Muy diferentes de las bandas?
-No le podemos quitar valor a las bandas. La Sinfónica está más especializada. Pero es evidente la importancia de las escuelas que desarrollan las bandas de música en la comunidad.
-A nivel docente, ¿cómo lleva lo de ser profesor en el conservatorio y director de la banda?
-Lo de ser profesor es un poco más llevadero. La mayoría de las clases son individuales y mucho más personalizadas. En la banda son más de 70 de chicos con diferentes formas de pensar y en la que se hace más complicado mantenerlos callados.
-Es un maestro exigente.
-Hay que serlo (ríe). Cuando les propongo nuevas partituras y alguno no estudia le cae bronca claro.
-¿Continuará como director?
-Si, (ríe) mientras me aguanten. Por ahora no he pensado en dejarlo.
-Volviendo a su etapa como alumno, ¿están valorados los estudios de música?
-En ese aspecto, particularmente tuve mucha suerte. Aunque alguna vez me preguntan si hice algo más que la música. Pienso que el reconocimiento se da cuanto tienes un hijo, alguien próximo, que se dedica a ella y ves el trabajo que conlleva. Es una carrera que dura toda la vida. Es dura porque es subjetiva, y claro, a la crítica le puede gustar o no. Además desde dentro de la música, también se critican unos a otros. Lo que te hace tener una personalidad más marcada.
-En la actualidad, ¿se dedica a algo más aparte de la música?
-Bueno, juego en el Club de Fútbol de Piloño. Al fin y al cabo, la música es un colectivo, una actividad complementaria que después se orienta según las capacidades.
-Una idea que se traslada a la banda como espacio abierto.
-Si, todo tipo de personas tienen cabida desde los 10 hasta los 50 años, por ejemplo. Está abierta a todas las personas que quieran aprender. Ahora contamos con una buena cantera y al final las salidas que hacemos les animan a los niños que, con el boca a boca, se unen más.
-La temporada de conciertos de romerías, ¿cómo fue?
-Las fiestas siguen queriendo llevar la banda. Aunque este año fue el que más nos llamaron también fue en el que más fiestas rechazamos. Simplemente por el número de personas que somos, salimos más cara que otras bandas. Entiendo que a las comisiones les cueste, pero es ambiguo que paguen esas cantidades por las orquestas (de verbena). Que nos den lo que nos mereceremos, quiero que se nos valore.
-El futuro de la Banda de Vilatuxe, ¿asegurado?
-Tiene una buena cantera y posición musical, social y una directiva estable. Seguiremos con la misma filosofía de atraer a gente joven. Aunque el panorama de las escuelas de las bandas es complicado a nivel legal la gente apuesta por ellas. Es parte de nuestra cultura y desde Galicia salen muchos de los músicos de orquestas sinfónicas.
